"... En realidad , el gobierno toma a su cargo, en más o en menos proporción, la protección de la vida de los ciudadanos contra los ataques directos y brutales; reconoce y legaliza cierto número de derechos y deberes primordiales, y usos y costumbres, sin los cuales es imposible vivir en sociedad; organiza y dirige ciertos servicios públicos, como las comunicaciones, la higiene, el reparto de aguas, la bonificación y protección forestal, etc. ; funda casas de huérfanos y hospitales, y se complace con frecuencia en mostrarse sólo en apariencia, desde luego, protector del pobre y del débil. Pero basta observar cómo y por qué causa cumple el gobierno esta misión y aumenta sus funciones, para dar enseguida con la prueba experimental, práctica, de que todo lo que hace se inspira siempre en el espíritu de dominación y tiende a defender, ensanchar y perpetuar sus propios privilegios, así como los de la clase que representa y defiende.
Un gobierno no puede durar mucho tiempo sin ocultar su naturaleza bajo un pretexto de general utilidad; no puede hacer respetar la vida de los privilegiados sis aparentar que hace respetar la de todo el mundo; no puede hacer aceptables los privilegios de algunos sin fingirse guardador de los derechos de todos.
"La Ley -dice Kropotkin- y todos los que hicieron la ley -el gobierno- utilizaron los sentimientos sociales del hombre para hacer como preceptos morales, que los hombres aceptaban, lo que era útil a la minoría explotadora, contra la cual se habría aquel rebelado ciertamente en caso contrario."
No puede el gobierno desear que la sociedad se desorganice, porque a él y a la clase dominadora les faltaría entonces el material de explotación; no puede consentir que por sí misma se rija, que se gobierne sin intervención oficial, porque en ese caso el pueblo no tardaría en percatarse de que el gobierno sólo sirve para defender a los propietarios, y se apresuraría a desembarazarse del gobierno y de los propietarios. ..."
Enrico MALATESTA / La anarquía // EL ANARQUISMO - ASPECTOS SOCIALES DE LA HUMANIDAD - Ediciones Culturales Iberia - Barcelona . Madrid 1934 Pág. 7