miércoles, 29 de julio de 2015

Los tiempos fueron duros. No fue fácil vivir.



Eran tiempos muy duros. No era fácil vivir.

Por eso madrugué por los despachos,
volví mañana, les expuse el caso
y conseguí un empleo para ella:
tras mirarla a los ojos —al menos eso dijo—
le entregaron la llave más preciada,
pusieron a su cargo el alumbrado.

Yo hice lo que pude, lo que en mi mano estaba.

Y no la he vuelto a ver:

aquella misma noche me cortaron la luz.

Javier EGEA / Paseo de los tristes