"-¿Cómo gente forzada?- preguntó don Quijote-. ¿Es posible que el Rey haga fuerza a ninguna gente?
-No digo eso -respondió Sancho-, sino que es gente que por sus delitos va condenada a servir al Rey en las galeras, de por fuerza.
-En resolución -replicó don Quijote-, como quiera que ello sea, esta gente, aunque los llevan, van de por fuerza, y no de su voluntad.
- Así es -dijo Sancho.
-Pues desa manera -dijo su amo-, aquí encaja la ejecución de mi oficio: desfacer fuerzas y socorrer y acudir a los miserables."
Miguel de CERVANTES / Don Quijote de la Mancha - Primera parte - Capítulo XXII
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