[...] Contemplaua yo muchas vezes mi desastre, que, escapando de los amos ruynes, que auia tenido, y buscando mejoría, viniesse a topar con quien, no solo no me mantuuiesse, mas a quien yo auia de mantener. Con todo, le queria bien, con ver que no tenia ni podia más. Y antes le auia lastima, que enemistad. Y muchas vezes, por lleuar a la posada con que él lo passasse, yo lo passaua mal.
Porque vna mañana, leuantansose el triste en camisa, subió a lo alto de la casa há hazer sus menesteres y, en tanto, yo, por salir de sospecha, desemboluile el jubón y las calças, que a la cabecera dexó, y hallé vna bolsilla de tersiopelo raso, hecho cien doblezes y sin maldita la blanca ni señal que la ouiesse tenido mucho tiempo.
"Este, dezia yo, es pobre y nadie da lo que no tiene; mas el auariento ciego y el malauenturado mezquino clérigo, que, con darselo Dios a ambos, al vno de mano besada y al otro de lengua suelta, me matauan de hambre, aquellos es justo desamar y aqueste de auer manzilla".
Dios me es testigo que oy dia, quando topo con alguno de su habito con aquel passo y pompa, le he lastima con pensar si padece lo que aquel le vi sufrir. Al qual, con toda su pobreza, holgaria de seruir mas que a los otros, por lo que he dicho. [...]
LA VIDA DE LAZARILLO DE TORMES y de sus fortunas y adversidades
Tratado Tercero
DE CÓMO LÁZARO SE ASSENTÓ CON VN ESCUDERO Y DE LO QUE LE ACAESCIÓ CON ÉL
Edición de Julio CEJADOR Y FRAUCA / ESPASA-CALPE, S. A. Madrid 1976 (Págs. 174-177)
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