EL VIAJERO
(1)
Pero
tú viniste a Madrid.
Un
borbotón de sangre
llegaba
por el mar a Panamá..
La
llamarada azul de los traidores
llegaba
por el mar a Panamá.
Desde
España llegaba
la
voz del lobo general hambriento
a
Panamá.
El
sonido sucio de sus espuelas
a
Panamá.
Y te
rasgó el cuchillo por la mitad del salmo,
te
trasladó a Madrid el eco de las bombas,
la
mano gigante de los compañeros.
Toda
España sangraba en aquel tiempo.
Pero
tú viniste a Madrid.
Dando
la mano al pueblo,
la
cara a los traidores.
Tábara,
Sequeros, Villacarriedo...
“Good bye, Panamá”.
(2)
En el
éxodo tú, poeta prometéico.
Vuelta
a viajar
con
un pedazo de razón a cuestas.
Debajo
de la barca del exilio
siempre
sudando el mar.
Y el
vientre del pueblo acribillado
una
granada abierta.
Pasaba
en las cubiertas de los barcos
lo
poco limpio que quedó de España,
viajera
en el exilio,
herida
la razón sobre los mares.
Y a
la espalda del salmo,
la
espada del fascista,
el
monumento de los asesinos.
Villacarriedo,
Tabarra, Sequeros.
“Good
bye, España”.
(3)
Pero
siempre volvemos.
Nos
apretó la sangre el cinturón del miedo.
Nos
marcaron la voz en las escuelas.
Pero
siempre volvemos.
Nos
escuece el silencio.
Volviendo
a España estamos cada día
como
un puño caliente,
como
una espada limpia sobre la piel volvemos.
Javier EGEA / POESÍA COMPLETA II Bartleby Editores M-2012 pág. 187-189 Edición de Alcántara y Hernández
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