jueves, 18 de junio de 2020
llueve
LA LLUVIA
DE QUÉ apenados ojos llueve el llanto
que baja, manantial recién parido,
resbalador y humilde, contenido
por el temor de ser duelo, quebranto.
De lloradores ojos llueve tanto.
Tan íntima de lloro y de gemido
tiene la voz, exenta de sonido,
que en lágrimas se le desata el canto.
Agua de manso vuelo y pluma leve.
(Un ruiseñor mojado se despoja,
gota a gota, de lluvia, y la deshoja.)
Agua de pie desnudo y paso breve,
que en mínima presencia se deshace
y en pétalo y aroma, muerta, yace.
Trina MERCADER Sonetos ascéticos (1971)
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