lunes (otro)

 

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Lunes: Un poema de Roque Dalton

LUNES

                                                  *

El viaje de la poesía de Javier Egea al inglés - Mundo Obrero

Que no, que no fue jueves

Y la sombra de todas las pensiones

se desvaneció en la madrugada.

                                          P

¿Sabes?

 Estoy sin saber ya sabes cómo

Una noche otra

 

ELENA MARTÍN VIVALDI: DISTINTA NOCHE II. PARA ... - Ancile

 

 

 

 

DELIRIO

 

 

                          FUERA DE LOS CAUCES

PRESENCIA, ausencia, plenitud, deseo.

Polos a un Ecuador inhabitable;

límites, sin las huellas del hombre, materiales.

Presencia.

Palabras ya vencidas,

gastadas de su uso, van poblando

las tierras, los jardines, los oasis

de los desiertos áridos.

Presencia, realidad de lo  soñado, 

aspereza total de  cercanías.

Telón de la comedia. Fin.

Las cosas

tienen un gesto cruel de despedida.

Ausencia. 

Y una voz distante,

una sonrisa. El mundo desangrado

gime, en la oscuridad, negro, vacío;

las sombras taladradas por su llanto.

Ausencia, ausencia, soledades hondas;

solitarias las manos, ojos, labios.

Voces que huyen en la nada inmensa

llevan hasta las cintas su reclamo.

Manos, las manos extendidas, pálidas;

ojos, los ojos de miradas ciegos,

los labios sin preguntas, mudos labios.

Pero hay una visión, un horizonte;

una luz, un acorde, una evidencia

tendida en medio, puente de lo ignoto,

por donde van los pasos del poeta,

peregrino de ensueños extrahumanos.

Lo que no existe. Lo que nunca ha sido

ausencia ni presencia,

en la eterna esperanza está de serlo.

Mora infinito en los confines últimos,

donde el genio del hombre no persigue

preguntas ideales.

Está ingrávido, cierto, presentido,

alto, imposible, fuera de los cauces.

Y allí espera al poeta en su delirio.

                         Elena MARTÍN VIVALDI 

 

El alma desvelada // ÍNSULA Madrid, 1953 pags. 88-89

 

MIEDO

"No le temas ni a la prisión, ni  a la pobreza ni a la muerte. Teme al miedo."

                                                              Giacomo LEOPARDI

Oh

 [oh llama complicada como crepitante y atizada por el soplo de todos los vientos sobre los tilos y las acacias, oh misterio y enfervorizado espejo, oh grandeza del placer de los senderos y los impulsos, oh ingrávido en la soledad y como pináculo el juego ágil de abrazos y anémonas y dibujos expresivamente caprichosos y de puertas complejas y jarrones de siemprevivas y nomeolvides bajo el polvo en el tapizado de damasco azulado de la sillería de respaldo inclinado y madera trabajada que un día dio orden al salón con sillones ahora ya desventrados, oh elegancia acogedora, oh delicioso misterio,ojos enfebrecidos,oh románticos jirones, oh trizas de floreros en la repisa, oh cadencia apta para una cierta navegación decorativa, oh ambiente de formas volantes de leña de fuego para alagar la fantasía y evocar la lejanía de la línea de los sueños, de los amores, oh veladores  y porcelanas y caireles y los adornos en madera embutidos y florones de metal dorado y lámparas de dormitorio, oh como curvándose a una sombría incoherencia o a un sombrío restrospectivismo incontenible a mi resignación, , oh derrota, oh abandono,  fuego mórbido y retrato caído (oh insólito lugar sin fin) como de un cisne o de una odalisca vestida de luz a las carnes y sonrisa con estristecimiento y palidez al rostro de azules y blancos y amarillos y con las mejillas sonrosadas y los  labios rojos, grandes ojos gustosos y boca hermosísima, oh cuellos de encaje, oh jazmines, oh pelo negro ondulado a largos tirabuzones que caen a los lados de sus hombros desnudos de primavera en modelado inmediato y como flotantes de amor]

José Antonio FORTES "MAESTRO" / !Oh, juventud azul divino tesoro / carCabo UGR 1978 pag. (87-88)

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 Bo tago!c  a ciuj!