[Enero de 1933]
En la sala de conferencias de la Sorbona. Atmósfera de aula, castidad, seriedad. Madame Allendy está allí, con el pelo blanco, los ojos azules, maternal, sólida.
(En 1928 Allendy y su esposa sugirieron a los surrealistas la realización de una película de un sueño para Etudes des idées et Tendences Nouvelles -Estudios de las nuevas ideas y tendencias-. Ellos consiguieron el dinero y el director, Germaine Dulac. Pero ésta echó a perder la película. L'Age d'Or contiene algunos pasajes de la misma. De este incidente Allendy sacó la consecuencia de que los surrealistas no eran sinceros. Ante este mismo grupo invitó a hablar a Adler, Einstein, Fernández, Milhaud, Satie, Honnenger y Gris. Maurice Sachs, en sus memorias, hizo esta descripción de Madame Allendy: "Un beau visage de révolutionnaire de 89, grave, sûr, bon e t intelligent. Son regard est superbe").
Allendy sube al estrado, serio, austero. Es la primera vez que lo veo desde cierta distancia. Parece más furtivo, más tímido que en su consulta. Está un poco encorvado, como un erudito que ha pasado demasiado tiempo inclinado sobre sus libros. Sólo se ven su frente y sus ojos de vidente. Su boca sensual queda oculta por la barba. Apenas puedo oir lo que dice. Es una conferencia sobre la Metamorfosis de la Poesía. Palabras de un doctor, de un catedrático, de un científico. Está haciendo una disección de la poesía. De ella no queda más que un cadáver.
Yo llevaba un manguito. Iba toda cubierta de pieles, sombrero de piel y cuello alto de piel. Era invierno. Estaba sentada en un duro banco de la Sorbona. Oí las palabras: sicience réductible, eléments, fusions, pensée metaphysique, altitude poétique, antinomie proviennent de la pensée statique; le poete inspire plus qu'il n'est inspiré.
No soy más que un fragmento sedoso de mujer.
(...)
Anaïs NIN Diario I (1931-1934) Bruguera LIBRO AMIGO Barcelona 1984
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