martes, 18 de noviembre de 2008

CENIZAS

A LAS CENIZAS DE UN AMANTE PUESTAS
EN UN RELOJ DE ARENA

Esta que te señala de los años
las horas de que gozas en empeño
muda ceniza, y en cristal pequeño,
lengua que te refiere desengaños,

un tiempo fue Lisardo, a quien engaños
de Filis, su querido ingrato dueño,
trasladaron del uno al otro sueño:
¡prevente, huésped, en ajenos daños!

En tanto estrecho al miserable puso
el incendio de amor y la aspereza
de condición esquiva y desdeñosa;

póstumo el polvo guarda el primer uso
inobediente a la naturaleza:
padeció vivo y muerto no reposa.
Luis de Ulloa y Pereira
1584-1674

1 comentario:

Guillermo. dijo...

Vaya soneto!

buen blog!