Una de las principales propiedades de la poesía es la de producir en los hipócritas una mueca que los desenmascara y permite juzgarlos... Porque ella tiende, con sus imágenes extralúcidas, sus imágenes claras como el agua de la montaña, evidentes como el agudo grito de los huevos rojos, a la comprensión perfecta de lo inhabitual y a su utilización contra los estragos de la explotación maligna de la estupidez y de cierta clase de sentido común. Porque ella milita por un nuevo régimen, el de la lógica identificación con la vida, no como una sombra sino como un astro.
Mi orgullo consiste en no conocer más hombres que los que aman tanto como yo esta poesía específicamente subversiva, color de porvenir.
Paul ELUARD
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