AIMEZ VOUS BRAHMS?
YA no se trata de esperar milagros,
aunque Brahms arrebate el corazón
de la belleza
aunque Brahms arrebate el corazón
de la belleza
- nunca dos fueron uno -.
Se trata sólo de compartir los bordesde la vida al caer.
O acaso sólo
de respirar unidos esta noche,
secretos y amarillos como
inasibles armónicos rasgando
el aire interminable de las sombras.
Mas no nos engañemos con una danza húngara
aunque suenen sus ecos desatados.
Ya sabes,
conocemos los sótanos del sueño,
el exacto lugar donde partimos.
Ya no se trata de esperar milagros,
sólo de que mis ojos también rozan tu espalda,
que tocan fondo cuando bajan
la engañosa pendiente de tus ojos.
Y sin embargo
cuánto calor no se perdió en el frío
de aquella habitación que me dejó sin ti...
allá en la lluvia
de una noche cerrada sobre el velo de un parque.
Ya sé que nada es tan definitivo
como la vida
—y no es cuestión de olvido—.
Se trata de llevar ese ritmo contrario
que fuerza a los violines
hasta perder el miedo,
hasta llorar el mundo que acecha en otra parte.
Ya no se trata de ser los dos en uno,
sino uno en dos,
en mil.
Que el pasado no existe, amor,
aunque busque tal vez nuestra memoria
para trepar por ella y enrocarme agotada.
La vida es sólo transformar la vida.
Porque todo es más viejo, todo,
pero todo es más nuevo, todo,
a la luz indomable de la historia.
Ángeles MORA / La guerra de los treinta años (1990)
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