viernes, 11 de octubre de 2013

Poema del tiempo (que pasa)



LA CONDICIÓN HUMANA

Esa noche, y, a menudo, 
en silencio, se dijeron
muchas cosas.

Louise de VILMORIN

Quelle relation y a-t-il
entre un homme et le mythe
qu'il encarne?

André MALRAUX

A la luz titubeante del crepúculo,
en el Chàteau de Verrières,
André Malraux y Louise de Vilmorin,
hablaban, pausadamente, frente a una taza de té.
Inteligente, sobreentendida, lúcida,
la conversación era casi una música,
cuando un golpe seco sobre el cristal de la ventana
-tal vez un pájaro cegado por las luces-
le recordó a él ciertas noches de España,
el zumbido de los motores de los aviones,
las ametralladoras atronando en el aire.
¿Era en España o tal vez en China?
un áspero olor de de húmeda vegetación,
fogonazos, cuerpos cayendo cerca de un río,
estrellas impasibles en la sombra infinita.
No, no, era Alsacia, los tanques nazis
arrastrándose sobre la hierba,
y, de pronto, soldados y más soldados.
Lo detenían, lo iban a fusilar,
el tableteo final de la descarga y luego nada.
Quieta y en silencio, frente a él,
Louise veía su rostro descompuesto,
aquellos tics, implacables y rápidos, desfigurando sus facciones,
el temblor de su mano en la taza de té,
unas gotas de sudor en la amplia frente.
No, tampoco, no era Alsacia, eran sus dos hijos,
y el Alfa Romeo a 120 que se estrella
y los cuerpos destrozados sobre la carretera.
-"Corrían demasiado" dijo un testigo-.
El vacío, un helado vacío, se hizo por un momento en su memoria,
miró los muebles, las delicadas tazas sobre la mesa, los ojos de Louise.
Con afectado gesto esbozó una sonrisa,
mientras pasaba su pañuelo por la frente.
Se levantó, con visible esfuerzo,
-gordo, hinchado por el alcohol y la droga,
ya no era el joven guerrero de las fotografías-
se sirvió un  whisky y al volver a sentarse
acarició, suavemente, la cabeza de Louise.
Se escuchaba el leve rumor de los muebles antiguos,
afuera, el viento del otoño empujaba las hojas.
Volviéndose hacia ella, mirándola otra vez a los ojos,
le preguntó, con voz ronca, tal vez sin esperar respuesta,
"¿Qué relación hay entre un hombre
y el mito que ese hombre encarna?".
Se escuchaba el leve rumor de los muebles antiguos;
afuera, el viento del otoño empujaba las hojas.

Juan Luis PANERO / JUEGOS para aplazar la muerte




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