-Porque la esencia de la cabra es su cabrez; la esencia del gato es su gatez.
Quisquete empezó a ponerse tan nervioso que se levanta, y cuando se va yendo le pregunta el profesor:
-¿A dónde va usted?
Y él le responde:
-A beberme un vaso de vino en el primer bar que encuentre.
Y cuando iba por aquellas inmensas galerías del Hospital Real, comentaba que oyó una voz cavernosa que retumbaba en las paredes y se le metía como un abejorro en su cerebro:
-Y la esencia de la vaca es su vaquedad.
-Entonces -me refería- salí corriendo, me metí en la primera taberna que encontré y no volví a ir más por clase.
[...]
Enrique MORÓN El bronce de los días MEMORIAS Port Royal Literaria Granada 2003 Pág. 198
Bachuidad, bachianez
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