jueves, 15 de octubre de 2009

TESTAMENTO

TESTAMENTO

Te dejo mi cadáver, reportero.
El día que me lleven a enterrar,
fumarás a mi costa un buen veguero,
te darás en la Rumba un buen yantar.

Y después de cenar con mi fiambre,
adobado en retórica sutil,
humeando el puro, satisfecha el hambre,
me injuriará tu dicharacho vil.

Y al dejar la colilla con el chato,
a medio consumir, sobre el mantel,
dirás, gustando del bicarbonato,
"¡Que no la diñe ahora don Miguel!"

Para ti mi cadáver, reportero,
mis anécdotas, ¡todas para ti!
Le sacas a mi entierro más dinero
que en mi vida mortal yo nunca vi.
Caballeros, salud y buena suerte.
Da sus últimas luces mi candil.
Ha colgado la mano de la muerte
papeles en mi torre de marfil.
Le dejo al tabernero de la esquina,
para adornar su puerta, mi laurel.
Mis palmas, al balcón de una vecina,
y a una máscara loca, el oropel.
Don Ramón del VALLE-INCLÁN

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