Lágrima viva de la fresca aurora
a quien la mustia flor la vida debe
y el prado ansioso entre el follaje embebe;
gota que el sol con sus reflejos dora;
que en la tez de las flores seductora
mecida por el céfiro más leve,
mezclas de grana tu color de nieve
y de nieve su grana encantadora:
Ven a mezclarte con mi triste lloro
y a consumirte en mi mejilla ardiente;
que acaso correrán más dulcemente
las lágrimas amargas que devoro...
Mas ¡qué fuera una gota de rocío
perdida entre el raudal del llanto mío!
Carolina CORONADO
1 comentario:
Yo siempre quise hacerme gota. Aún no lo he logrado.
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