MAR
De donde nace el sueño, en donde ciego
alrededor son láminas de frío,
las paredes del dado son seis noches
de estrellas escogidas.
No la mano
celeste ni el ojo acorralado
revelarán tu azar,
muerte ardiente y contigua a cada cara.
Pasan como sombrío pensamiento
peces, y en un delgado relumbrar de espada,
el mar se tiende abierto por su alero.
Gota a gota se evade,
horizontal, sin peso, se despeña
de la cumbre profunda... Más arriba,
allá en lo alto, ¿quién se sobrecoge?
Oh alma, y tantas luces
en esta latitud equivocada.
Miro al espacio alegre o al arcángel
enamorado de su piel nocturna
y apenas un instante ya se cifran
atrás las esperanzas conseguidas.
Y todo está en camino. Mirad:
La tierra pasa
ligera por el tacto enfebrecido
y un límite de sangre se conmueve.
-Este es el cuerpo. Arbol aquí. Distancia.
Medida de la mano.-
Vivamente
insepulta la sombra al otro lado
convoca aún. Mar. Nunca.
No olvidaré el siniestro salto obscuro.
Carlos Barral Figuración y fuga (de Poemas previos) Ed. Seix Barral S.A. 1ª ed. Barcelona 1966
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