domingo, 6 de julio de 2008

Y UNA SONRISA

Pedro Muñoz Seca La venganza de D. Mendo Caricatura de tragedia en cuatro jornadas Prólogo de Jacinto Benavente Ilustraciones de Enrique Herreros Afrodisio Aguado S. A. Madrid 1967

[...]
BERTOLDINO
Oid.
Se hace un gran silencio y recita enfáticamente.
Los cuatro hermanos Quiñones
a la lucha se aprestaron,
y al correr de sus bridones,
como cuatro exhalaciones,
hasta el castillo llegaron.
"¡Ah, del castillo! -dijeron-.
¡Bajad presto ese rastrillo!"
Callaron y nada oyeron,
sordos, sin duda, se hicieron
los infantes del castillo.
"¡Tended el puente!... ¡Tendello!
Pues de no hacello, ¡pardiez!,
antes del primer destello
domaremos la altivez
de esa torre, habéis de vello..."
Entonces, los infazones
contestaron: "¡Pobres locos!...
Para asaltar torreones,
cuatro Quiñones son pocos.
¡Hacen falta más Quiñones!
Cesad en vuestra aventura,
porque aventura es aquesta
que dura, porque perdura
el bodoque en mi ballesta..."
Y a una señal, dispararon
los certeros ballesteros,
y de tal guisa atinaron,
que por el suelo rodaron
corceles y caballeros.

Murmullos de aprobación.

Y, según los cronicones,
aquí termina la historia
de doña Aldonza Briones,
cuñada de los Quiñones
y prima de los Hontoria.

Nuevos murmullos.
[...] De la Jornada Primera

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