A UN MAESTRO VIVO
A ti, compañero y padre
reconocida presencia.
Por lo que de ti aprendimos,
por lo que olvidado queda.
Por lo que tras la palabra
breve, todavía enseñas.
Por tu tranquila alegría
y por tu digna entereza.
Por ti. Gracias. Por que en ti
conocimos nuestra fuerza.
Jaime Gil de Biedma Versos para Antonio Machado Ruedo Ibérico Paris 1962
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