sábado, 16 de agosto de 2008

ESCANDIDO

Escandido
Solitario mirando por la ventana

Tarde abúlica de llovizna y bruma
el día se va a la cama sin haber dado golpe
los árboles se arman de paciencia
siempre apoyados en el mismo pie
el aire se aspira y espira a sí mismo con fatiga
las luces de los autos se enternecen
formando y deshaciendo cadenciosas figuras
como queriendo hacer una belleza
por los cien ojos rasgados
todos ellos en blanco
de sus reflejos diluidos
el suelo alza hacia el cielo sus cien miradas ciegas
nadie llegará nunca ni en mil años
hasta las lucecitas remotas de los cerros
que callan resignadas anidando en un humo
el tiempo lo pospone todo
el presente le da todo a la paciencia
hoy no cuenta
la vida se queda ociosa con el rostro chorreando
las horas dejan pasar las horas
pero no hay que cerrar la espera
todos los días cuentan
este rostro del mundo es rostro verdadero
es real su pasión de irrealidad
su lasitud de todo nos persuade no nos disuade
no hay que cerrar la cuenta
no hay que dejarse disuadir de dejarse persuadir
soledad no me disuadas
soledad divinidad desmantelada
diosa-perra-sarnosa
de mirada encharcada de brumas y lloviznas
no es la vida lo que borra tu bostezo lacrimoso
sino tus propios ojos repudiados
anciana herida y culpable persuádete
déjame ser amigo de esta tarde taciturna
hay una dicha musitadora tras la bruma
el mundo ve visiones en su penumbra recluida
hay roces de llorosas mejillas refrescantes
entre los tallos en los pálidos jardines
hay mucha alma con los ojos bajos en el vaho
hay mucho peso vivo en el húmedo abandono
soledad no seas envidiosa
somos tú y yo los que no conducimos a nada
es nuestro lazo agrio el que es mentira
bajo la lluvia apagada y tenaz el mundo boga
barco fantasma que deja una estela narcótica
y llama a la añoranza con voces de sirena
soledad anunciadora de desgracias
no me tengas aquí haciendo tu tarea inventada
tu rasposo ganchillo para matar el ocio
para matar el tiempo para matar el nacimiento
no me dejes perder esta cita intrigante
esta hora empapada de rezumante tiempo
estos labios de agua donde besar los adioses
este rostro del mundo velado y persuasivo
sé que me harás volver que tú eres la más fuerte
pero no me hagas decir que mientras me recluyes
no pasa nada
Tomás Segovia Cantata a solas

No hay comentarios: