viernes, 1 de agosto de 2008

ROBOT



SOBRE LA DIFICULTAD DE SER POETA VIVO


"Ya que la revolución no ocurre nunca
que sea lo que está ocurriendo siempre"

Francisco Umbral

Con frecuencia el contenido de nuestra mente
es imagen recibida y nuestro pretendido pensamiento
sólo una impresión.

Y tal vez no sea ésta la más pequeña razón
de que los agitadores de la piel del aire
se resistan muy pronto
a que les transforme -sacudiéndoles radical e interiormente-
la dinámica adialéctica de su fugaz revolución,
con lo que tan importante suceso,
soluble con gran rapidez en la historia,
indefectiblemente muestra como aquella agitación
que aparentemente favorece a la poesía
en realidad la perjudica.
Y es que no desgarrar la unidad de los contrarios
o, lo que es lo mismo, ser poeta vivo es muy difícil,
en tanto que hacerlo y ser poeta semimuerto
supone para la existencia misma de la poesía
el error de lo peor.

Pues si por una rara casualidad,
racional,
de lo real,
entre lo aparentemente antagónico y enemigo
existe una obscura y obscena relación,
cuando para vivir en plenitud pura
saltamos algunos de los necesarios ojos
de la Pequeña o de la Gran Contradicción,
al mismo tiempo asesinamos o, cuando menos,
con barbarie mutilamos,
la artística mirada alternativa
que quisiéramos salvar en nuestro error.

Y tal vez no sea esta la más pequeña razón
de que en la actividad poética de los hombres
los históricos desastres se sucedan,
a sangre y fuego, con más velocidad
de la que con sus propias manos exigirían a la vida
-y también como parte de la vida-
la ciega muerte y el dolor.

J. M. de la Pezuela
El robot anarquista s. ediciones Selecciones de Poesía Barcelona 1991

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