jueves, 31 de diciembre de 2009

TIEMPO




Final del año


Ni el pormenor simbólico
de reemplazar un tres por un dos
ni esa metáfora baldía
que convoca un lapso que muere y otro que surge
ni el cumplimiento de un proceso astronómico
aturden y socavan
la altiplanicie de esta noche
y nos obligan a esperar
las doce irreparables campanadas.
La causa verdadera
es la sospecha general y borrosa
del enigma del tiempo;
es el asombro ante el milagro
de que a despecho de infinitos azares
de que a despecho de que somos
las gotas del río de Heráclito,
perdure algo en nosotros:
inmóvil.
Jorge Luis BORGES


miércoles, 30 de diciembre de 2009

Hombre muerto

Un cuerpo muerto no venga injurias.
William BLAKE

martes, 29 de diciembre de 2009

interminablemente exterminados


LAS FURIAS Y LAS PENAS

...Hay en mi corazón furias y penas...
Quevedo

En el fondo del pecho estamos juntos,
en el cañaveral del pecho recorremos
un verano de tigres,
al acecho de un metro de piel fría,
al acecho de un ramo de inaccesible cutis,
con la boca olfateando sudor y venas verdes
nos encontramos en la húmeda sombra que deja caer besos.

Tú mi enemiga de tanto sueño roto de la misma manera
que erizadas plantas de vidrio, lo mismo que campanas
deshechas de manera amenazante, tanto como disparos
de hiedra negra en medio del perfume,
enemiga de grandes caderas que mi pelo han tocado
con un ronco rocío, con una lengua de agua,
no obstante el mudo frío de los dientes y el odio de los ojos,
y la batalla de agonizantes bestias que cuidan el olvido,
en algún sitio del verano estamos juntos
acechando con labios que la sed ha invadido.
Si hay alguien que traspasa
una pared con círculos de fósforo
y hiere el centro de unos dulces miembros
y muerde cada hoja de un bosque dando gritos,
tengo también tus ojos de sangrienta luciérnaga
capaces de impregnar y atravesar rodillas
y gargantas rodeadas de seda general.

Cuando en las reuniones
el azar, la ceniza, las bebidas,
el aire interrumpido,
pero ahí están tus ojos oliendo a cacería,
a rayo verde que agujerea pechos,
tus dientes que abren manzanas de las que cae sangre,
tus piernas que se adhieren al sol dando gemidos,
y tus tetas de nácar y tus pies de amapola,
como embudos llenos de dientes que buscan sombra,
como rosas hechas de látigo y perfume, y aun,
aun más, aun más,
aun detrás de los párpados, aun detrás del cielo,
aun detrás de los trajes y los viajes, en las calles donde la
gente orina,
adivinas los cuerpos,
en las agrias iglesias a medio destruir, en las cabinas que
el mar lleva en las manos,
acechas con tus labios sin embargo floridos,
rompes a cuchilladas la madera y la plata,
crecen tus grandes venas que asustan:
no hay cáscara, no hay distancia ni hierro,
tocan manos tus manos,
y caes haciendo crepitar las flores negras.

Adivinas los cuerpos!
Como un insecto herido de mandatos,
adivinas el centro de la sangre y vigilas
los músculos que postergan la aurora, asaltas sacudidas,
relámpagos, cabezas,
y tocas largamente las piernas que te guían.

Oh conducida herida de flechas especiales!

Hueles lo húmedo en medio de la noche?

O un brusco vaso de rosales quemados?

Oyes caer la ropa, las llaves, las monedas
en las espesas casas donde llegas desnuda?

Mi odio es una sola mano que te indica
el callado camino, las sábanas en que alguien ha dormido
con sobresalto: llegas
y ruedas por el suelo manejada y mordida,
y el viejo olor del semen como una enredadera
de cenicienta harina se desliza a tu boca.

Ay leves locas copas y pestañas,
aire que inunda un entreabierto río
corno una sola paloma de colérico cauce,
como atributo de agua sublevada,
ay substancias, sabores, párpados de ala viva
con un temblor, con una ciega flor temible,
ay graves, serios pechos como rostros,
ay grandes muslos llenos de miel verde,
y talones y sombra de pies, y transcurridas
respiraciones y superficies de pálida piedra,
y duras olas que suben la piel hacia la muerte
llenas de celestiales harinas empapadas.
Entonces, este río
va entre nosotros, y por una ribera
vas tú mordiendo bocas?

Entonces es que estoy verdaderamente, verdaderamente lejos
y un río de agua ardiendo pasa en lo oscuro?
Ay cuántas veces eres la que el odio no nombra,
y de qué modo hundido en las tinieblas,
y bajo qué lluvias de estiércol machacado
tu estatua en mi corazón devora el trébol.

El odio es un martillo que golpea tu traje
y tu frente escarlata,
y los días del corazón caen en tus orejas
como vagos búhos de sangre eliminada, ·
y los collares que gota a gota se formaron con lágrimas
rodean tu garganta quemándote la voz como con hielo.

Es para que nunca, nunca
hables, es para que nunca, nunca
salga una golondrina del nido de la lengua
y para que las ortigas destruyan tu garganta
y un viento de buque áspero te habite.

En dónde te desvistes?
En un ferrocarril, junto a un peruano rojo
o con un segador, entre terrones, a la violenta
luz del trigo?
O corres con ciertos abogados de mirada terrible
largamente desnuda, a la orilla del agua de la noche?

Miras: no ves la luna ni el jacinto
ni la oscuridad goteada de humedades,
ni el tren de cieno, ni el marfil partido:
ves cinturas delgadas como oxígeno,
pechos que aguardan acumulando peso
e idéntica al zafiro de lunar avaricia
palpitas desde el dulce ombligo hasta las rosas.

Por qué sí? Por qué no? Los días descubiertos
aportan roja arena sin cesar destrozada
a las hélices puras que inauguran el día,
y pasa un mes con corteza de tortuga,
pasa un estéril día,
pasa un buey, un difunto,
una mujer llamada Rosalía,
y no queda en la boca sino un sabor de pelo
y de dorada lengua que con sed se alimenta.
Nada sino esa pulpa de los seres,
nada sino esa copa de raíces.

Yo persigo como en un túnel roto, en otro extremo
carne y besos que debo olvidar injustamente,
y en las aguas de espaldas cuando ya los espejos
avivan el abismo, cuando la fatiga, los sórdidos relojes
golpean a la puerta de hoteles suburbanos, y cae
la flor de papel pintado, y el terciopelo cagado por las ratas
y la cama
cien veces ocupada por miserables parejas, cuando
todo me dice que un día ha terminado, tú y yo
hemos estado juntos derribando cuerpos,
construyendo una casa que no dura ni muere,
tú y yo hemos corrido juntos un mismo río
con encadenadas bocas llenas de sal y sangre,
tú y yo hemos hecho temblar otra vez las luces verdes
y hemos solicitado de nuevo las grandes cenizas.

Recuerdo sólo un día
que tal vez nunca me fue destinado,
era un día incesante,
sin orígenes. Jueves.
Yo era un hombre transportado al acaso
con una mujer hallada vagamente,
nos desnudamos
como para morir o nadar o envejecer
y nos metimos uno dentro del otro,
ella rodeándome como un agujero,
yo quebrantándola como quien
golpea una campana,
pues ella era el sonido que me hería
y la cúpula dura decidida a temblar.

Era una sorda ciencia con cabello y cavernas
y machacando puntas de médula y dulzura
he rodado a las grandes coronas genitales
entre piedras y asuntos sometidos.

Éste es un cuento de puertos adonde
llega uno, al azar, y sube a las colinas,
suceden tantas cosas.

Enemiga, enemiga,
es posible que el amor haya caído al polvo
y no haya sino carne y huesos velozmente adorados
mientras el fuego se consume
y los caballos vestidos de rojo galopan al infierno?

Yo quiero para mí la avena y el relámpago
a fondo de epidermis,
y el devorante pétalo desarrollado en furia,
y el corazón labial del cerezo de junio,
y el reposo de lentas barrigas que arden sin dirección,
pero me falta un suelo de cal con lágrimas
y una ventana donde esperar espumas.

Así es la vida,
corre tú entre las hojas, un otoño
negro ha llegado,
corre vestida con una falda de hojas y un cinturón de metal
amarillo,
mientras la neblina de la estación roe las piedras.

Corre con tus zapatos, con tus medias,
con el gris repartido, con el hueco del pie, y con esas manos
que el tabaco salvaje adoraría,
golpea escaleras, derriba
el papel negro que protege las puertas,
y entra en medio del sol y la ira de un día de puñales
a echarte como paloma de luto y nieve sobre un cuerpo.

Es una sola hora larga como una vena,
y entre el ácido y la paciencia del tiempo arrugado
transcurrimos,
apartando las sílabas del miedo y la ternura,
interminablemente exterminados.
Pablo NERUDA

domingo, 27 de diciembre de 2009

Viaje a LA LUNA

¿por qué, por qué la luna,
por qué la luna, madre?
Fco. Javier EGEA


Y A LO LEJOS LADRABAN LOS PERROS DEL AMOR
Javier EGEA

sábado, 26 de diciembre de 2009

Las Flores del Mal

Carlos BAUDELAIRE Las Flores del Mal Librería Española y Extranjera Francisco Beltrán Madrid Precedida de una noticia biográfica por Teófilo GAUTIER y Traducidas en verso castellano por Eduardo MARQUINA

CXXXIII
Epígrafe para un libro condenado

Lector apacible y bucólico,
hombre de bien, discreto y sano,
tira este libro saturnianano
orgíaco y melancólico.

Si no estudiaste ciencia pura
con Satanás el gran Decano,
no se aguantará en tu mano
este parto de mi locura.

Pero si sabes contemplar,
sin espantarte, los abismos,
lee y aprende á amar.

Alma que vas buscando abrigo
y sufres mis dolores mismos,
¡apiádate!... si no te maldigo.

Emile DEROI "Portrait of
Charles BAUDELAIRE"

Sobre "Las flores del mal" (*)
A algunos censores.

Estas horribles flores de Carlos Baudelaire-¿habrían de perderse, deshechas en el viento de la cólera?-¡No, señores! Lo real es aquí el sujeto.-¿Destruiréis la imaginación, porque destruyáis el espejo?-Después de todo, esta pintura no es una apología.-El peligro esencial es disfrazar una sucia orgía-de sarao brillante; es la serpiente hipócrita-pensada con hiel y escrita con perfume-es la uña venenosa que ha de oradar un guante;-es la úlcera que se recubre de blanda seda-es un cartel devoto, á la puerta de un barranco impuro.-Todo esto subleva y hace sangrar-el corazón bien nacido.-Pero, el libro que graba en su portada, Flores del mal,-¿no dice con noble franqueza lo que lleva dentro?-Su nombre le cierra la puerta de los conventos y de los salones-y, excepción sombría, como ciertos tratados-de los doctores de la Iglesia ó de la Facultad-proclama en alta voz, desde las cubiertas-que el mundo debe andar con él prudentemente-y que, finalmente, no dice su horrible leyenda-más que al filósofo artista ó al pensador erudito.
Los libros tienen su círculo prefijado. El Evangelio-es para todos los hombres; para buen número de ellos, Virgilio;-Juvenal, para muchos, y otros autores para algunos.-No todos los remedios convienen á todos.-Pero ¿será necesario, por este motivo, suprimir las recetas-que sólo convienen á veinte cuerpos ó á veinte almas?-Además, Las flores del mal, ¿qué mal pueden hacer?-Su lengua es el verso... y el verso no goza de gran favor-es un preservativo, un muro inaccesible:-en verso, es imposible el contagio.-A no ser quer alguien los cante... pero no es este el caso-ó que los imprudentes y los excesivamente delicados,-al denunciar la cosa á los necios á quienes electrizan,-pretendiendo castigarlo, lo hagan popular.-Por lo demás, el arte es un velo y nadie ignora-que toda poesía es casta, en su desnudo.
Y, sobre todo, en estos amargos tiempos-cuya llaga no logra cicatrizar bálsamo ninguno,-se hace necesario sondarla en su profundidad-y, como único antídoto, poner al descubierto todo su horror.-Ya conocéis á aquel padre que había agotado las razones-para con su hijo, sordo á sus súplicas-y que tenía cogido entre sus garras el libertinaje.-Cansado de ver que su ejemplo y sus consejos no servían para nada-el padre condujo un día al hijo al hospital de mujeres-y sobre los infames lechos,- mostrándole la tortura y el horror de la carne,-¿ves, le dijo, cómo pagan caros sus placeres?-Desde allí, se lo llevó al hospital de los hombres, sus cómplices,-y castigó sus ojos con el mismo cuadro de suplicios.-Y (lo que no habían logrado plegarias ni discursos),-lo realizó el espectáculo del mal que nombramos con temblor-y desde entonces volvió al buen sendero, el muchacho en delirio.
Esta terrible misión es un derecho de la Lira.-Tiene este derecho contra cada vicio-y el poeta, a su vez-tutor desdeñado de un siglo empedernido en el mal,-debe amasar bravamente como un extraño bálsamo-(cínico por virtud), la sangre con el fango-seguro de horrorizar por lo menos aquellos á quienes no conmueva.-Este fué el emperismo en que tú te complaciste.-Baudelaire, este tu heroico y salvaje sistema-que el mundo distraído puede herir con su anatema-porque sin profundizarlo libre de prejuicios-no es fácil concebir su amarga necesidad.-Tú colocaste un gran talento al final de un gran valor,-y atravesaste de este modo la tempestad formidable.-Con el tiempo te lo tendrán en cuenta; no se puede-condenar todo un camino, por sólo algunos pasos mal dados.-El alma es un negro misterio y, tal vez la tuya-encierra entre sus pliegues, toda la ley cristiana.-Sólo que, créeme, debes aligerarla-y hacerla pasar rapidamente por los campos del mal-y, lejos de este sombrío infierno, irte, fiado en tus alas-abiertas en la región del resplandor eterno,-para abordar finalmente, con el corazón absuelto y convalenciente,-el Paraíso profundo de Dante Alighieri.
Emile DESCHAMPS
Versailles, 12 Agosto 1857.

(*) Del Apéndice.

Colofón

viernes, 25 de diciembre de 2009

CLASE /(destino)



"El destino es el encuentro del individuo con su clase".
Luciano LAMBERTI

jueves, 24 de diciembre de 2009

MIGUEL HERNÁNDEZ (y III)

Miguel HERNÁNDEZ

LLAMO A LOS POETAS (*)


Entre todos vosotros, con Vicente Aleixandre
y con Pablo Neruda tomo silla en la tierra:
tal vez porque he sentido su corazón cercano
cerca de mí, casi rozando el mío.

Con ellos me he sentido más arraigado y hondo,
y además menos solo. Ya vosotros sabéis
lo solo que yo voy, por qué voy yo tan solo.
Andando voy, tan solos yo y mi sombra.

Alberti, Altolaguirre, Cernuda, Prados, Garfias,
Machado, Juan Ramón, León Felipe, Aparicio,
Oliver, Plaja, hablemos de aquello a que aspiramos:
por lo que enloquecemos lentamente.

Hablemos del trabajo, del amor sobre todo,
donde la telaraña y el alacrán no habitan.
Hoy quiero abandonarme tratando con vosotros
de la buena semilla de la tierra.

Dejemos el museo, la biblioteca, el aula
sin emoción, sin tierra, glacial, para otro tiempo.
Ya sé que en esos sitios tiritará mañana
mi corazón helado en varios tomos.

Quitémonos el pavo real y suficiente,
la palabra con toga, la pantera de acechos.
Vamos a hablar del día, de la emoción del día.
Abandonemos la solemnidad.

Así: sin esa barba postiza, ni esa cita
que la insolencia pone bajo nuestra nariz,
hablaremos unidos, comprendidos, sentados,
de las cosas del mundo frente al hombre.
Así descenderemos de nuestro pedestal,
de nuestra pobre estatua. Y a cantar entraremos
a una bodega, a un pecho, o al fondo de la tierra,
sin el brillo del lente polvoriento.

Ahí está Federico: sentémonos al pie
de su herida, debajo del chorro asesinado,
que quiero contener como si fuera mío,
y salta, y no se acalla entre las fuentes.

Siempre fuimos nosotros sembradores de sangre.
Por eso nos sentimos semejantes del trigo.
No reposamos nunca, y eso es lo que hace el sol,
y la familia del enamorado.

Siendo de esa familia, somos la sal del aire.
Tan sensibles al clima como la misma sal,
una racha de otoño nos deja moribundos
sobre la huella de los sepultados.

Eso sí: somos algo. Nuestros cinco sentidos
en todo arraigan, piden posesión y locura.
Agredimos al tiempo con la feliz cigarra,
con el terrestre sueño que alentamos.

Hablemos, Federico, Vicente, Pablo, Antonio,
Luis, Juan Ramón, Emilio, Manolo, Rafael,
Arturo, Pedro, Juan, Antonio, León Felipe.
Hablemos sobre el vino y la cosecha.

Si queréis, nadaremos antes en esa alberca,
en ese mar que anhela transparentar los cuerpos.
Veré si hablamos luego con la verdad del agua,
que aclara el labio de los que han mentido.

Miguel HERNÁNDEZ El hombre acecha



(*)A Xisco Bernal […]
Se trata de un poema que exalta la solidaridad entre poeta y pueblo, revelando si no una poética, sí una actitud ante la poesía, que debe substanciarse en la vida. Documentalmente, en sus versos queda constancia de las amistades y admiraciones de Miguel Hernández en aquellos días. Los más importantes poetas de su tiempo se hallan citados por sus nombres y, en primerísimo lugar, Vicente Aleixandre y Pablo Neruda
(1).[...]


(1) En la anteúltima estrofa de este poema, vuelve a llamar por sus nombres a los poetas amigos, designados antes, en su mayoría, por los apellidos. Sin embargo, cuando se complementan unos y otros, aparece un curioso error: falta un Antonio y sobra un Juan. En efecto, tomemos los nombres de esta anteúltima estrofa y, por ese orden, coloquemos los apellidos citados en estrofas precedentes – Federico (antes lo llama también así); Vicente –Aleixandre; Pablo-Neruda; Antonio-Machado; Luis-Cernuda; Juan Ramón (las dos veces lo cita igual); Emilio-Prados; Manolo-Altolaguirre; Rafael-Alberti; Arturo (Serrano-Plaja); Pedro-Garfias; Juan-?; Antonio-Aparicio; León Felipe (ambas veces igual). Queda, pues, sin aplicar nombre propio a Oliver (Antonio Oliver Belmás) amigo suyo desde los tiempos murcianos de Perito en lunas) y, en cambio, sobra un Juan que no podemos atribuir a ningún apellido anterior. Cabría pensar en Juan Larrea, pero no lo había citado antes, como se ve y, además, Miguel no debió tratar a Larrea, quien vivió fuera de España (aunque hiciese algún viaje) desde 1924. También podría creerse que alude a Juan Rajano, pero Rejano no escribía poesía por entonces, no lo hizo hasta el exilio. Queda Juan Gil Albert, pero no es seguro tampoco, entre otras cosas porque, como se comprueba, todos están nombrados dos veces: primero por el apellido, luego por el nombre propio.

MIGUEL HERNÁNDEZ, Obra poética completa Madrid, Ed. Zero, 1979 (5ª ed.), pág. 355. Introducción, estudio y notas: Leopoldo de Luis y Jorge Urrutia.




MIGUEL HERNÁNDEZ (II)

Miguel HERNÁNDEZ Cien años en 2010


Vientos del pueblo me llevan,
vientos del pueblo me arrastran,
me esparcen el corazón
y me aventan la garganta.

Los bueyes doblan la frente,
impotentemente mansa,
delante de los castigos:
los leones la levantan
y al mismo tiempo castigan
con su clamorosa zarpa.

No soy un de pueblo de bueyes,
que soy de un pueblo que embargan
yacimientos de leones,
desfiladeros de águilas
y cordilleras de toros
con el orgullo en el asta.
Nunca medraron los bueyes
en los páramos de España.

¿Quién habló de echar un yugo
sobre el cuello de esta raza?
¿Quién ha puesto al huracán
jamás ni yugos ni trabas,
ni quién al rayo detuvo
prisionero en una jaula?

Asturianos de braveza,
vascos de piedra blindada,
valencianos de alegría
y castellanos de alma,
labrados como la tierra
y airosos como las alas;
andaluces de relámpagos,
nacidos entre guitarras
y forjados en los yunques
torrenciales de las lágrimas;
extremeños de centeno,
gallegos de lluvia y calma,
catalanes de firmeza,
aragoneses de casta,
murcianos de dinamita
frutalmente propagada,
leoneses, navarros, dueños
del hambre, el sudor y el hacha,
reyes de la minería,
señores de la labranza,
hombres que entre las raíces,
como raíces gallardas,
vais de la vida a la muerte,
vais de la nada a la nada:
yugos os quieren poner
gentes de la hierba mala,
yugos que habéis de dejar
rotos sobre sus espaldas.

Crepúsculo de los bueyes
está despuntando el alba.

Los bueyes mueren vestidos
de humildad y olor de cuadra;
las águilas, los leones
y los toros de arrogancia,
y detrás de ellos, el cielo
ni se enturbia ni se acaba.
La agonía de los bueyes
tiene pequeña la cara,
la del animal varón
toda la creación agranda.

Si me muero, que me muera
con la cabeza muy alta.
Muerto y veinte veces muerto,
la boca contra la grama,
tendré apretados los dientes
y decidida la barba.

Cantando espero a la muerte,
que hay ruiseñores que cantan
encima de los fusiles
y en medio de las batallas.

Miguel HERNÁNDEZ

LIBERTÉ

LIBERTÉ

Sur mes cahiers d'écolier
Sur mon pupitre et les arbres
Sur le sable sur la neige
J'écris ton nom

Sur toutes les pages lues
Sur toutes les pages blanches
Pierre sang papier ou cendre
J'écris ton nom

Sur les images dorées
Sur les armes des guerriers
Sur la couronne des rois
J'écris ton nom

Sur la jungle et le désert
Sur les nids sur les genêts
Sur l'écho de mon enfance
J'écris ton nom

Sur les merveilles des nuits
Sur le pain blanc des journées
Sur les saisons fiancées
J'écris ton nom

Sur tous mes chiffons d'azur
Sur l'étang soleil moisi
Sur le lac lune vivante
J'écris ton nom

Sur les champs sur l'horizon
Sur les ailes des oiseaux
Et sur le moulin des ombres
J'écris ton nom

Sur chaque bouffée d'aurore
Sur la mer sur les bateaux
Sur la montagne démente
J'écris ton nom

Sur la mousse des nuages
Sur les sueurs de l'orage
Sur la pluie épaisse et fade
J'écris ton nom

Sur les formes scintillantes
Sur les cloches des couleurs
Sur la vérité physique
J'écris ton nom

Sur les sentiers éveillés
Sur les routes déployées
Sur les places qui débordent
J'écris ton nom

Sur la lampe qui s'allume
Sur la lampe qui s'éteint
Sur mes maisons réunis
J'écris ton nom

Sur le fruit coupé en deux
Dur miroir et de ma chambre
Sur mon lit coquille vide
J'écris ton nom

Sur mon chien gourmand et tendre
Sur ses oreilles dressées
Sur sa patte maladroite
J'écris ton nom

Sur le tremplin de ma porte
Sur les objets familiers
Sur le flot du feu béni
J'écris ton nom

Sur toute chair accordée
Sur le front de mes amis
Sur chaque main qui se tend
J'écris ton nom

Sur la vitre des surprises
Sur les lèvres attentives
Bien au-dessus du silence
J'écris ton nom

Sur mes refuges détruits
Sur mes phares écroulés
Sur les murs de mon ennui
J'écris ton nom

Sur l'absence sans désir
Sur la solitude nue
Sur les marches de la mort
J'écris ton nom

Sur la santé revenue
Sur le risque disparu
Sur l'espoir sans souvenir
J'écris ton nom

Et par le pouvoir d'un mot
Je recommence ma vie
Je suis né pour te connaître
Pour te nommer

Paul ELUARD Poésie et vérité

martes, 22 de diciembre de 2009

MIGUEL HERNÁNDEZ (I)

El poeta Miguel HERNÁNDEZ (1910-1942)

ANTES DEL ODIO

Beso soy, sombra con sombra.
Beso, dolor con dolor,
por haberme enamorado,
corazón sin corazón,
de las cosas, del aliento
sin sombra de la creación.
Sed con agua en la distancia,
pero sed alrededor.

Corazón en una copa
donde me lo bebo yo
y no se lo bebe nadie,
nadie sabe su sabor.
Odio, vida: ¡cuánto odio
sólo por amor!

No es posible acariciarte
con las manos que me dio
el fuego de más deseo,
el ansia de más ardor.
Varias alas, varios vuelos
abaten en ellas hoy
hierros que cercan las venas
y las muerden con rencor.
Por amor, vida, abatido,
pájaro sin remisión.
Sólo por amor odiado,
sólo por amor.

Amor, tu bóveda arriba
y no abajo siempre, amor,
sin otra luz que estas ansias,
sin otra iluminación.
Mírame aquí encadenado,
escupido, sin calor,
a los pies de la tiniebla
más súbita, más feroz,
comiendo pan y cuchillo
como buen trabajador
y a veces cuchillo sólo,
sólo por amor.

Todo lo que significa
golondrinas, ascensión,
claridad, anchura, aire,
decidido espacio, sol,
horizonte aleteante,
sepultado en un rincón.
Esperanza, mar, desierto,
sangre, monte rodador:
libertades de mi alma
clamorosas de pasión,
desfilando por mi cuerpo,
donde no se quedan, no,
pero donde se despliegan,
sólo por amor.

Porque dentro de la triste
guirnalda del eslabón,
del sabor a carcelero
constante, y a paredón,
y a precipicio en acecho,
alto, alegre, libre soy.
Alto, alegre, libre, libre,
sólo por amor.

No, no hay cárcel para el hombre.
No podrán atarme, no.
Este mundo de cadenas
me es pequeño y exterior.
¿Quién encierra una sonrisa?
¿Quién amuralla una voz?
A lo lejos tú, más sola
que la muerte, la una y yo.
A lo lejos tú, sintiendo
en tus brazos mi prisión,
en tus brazos donde late
la libertad de los dos.
Libre soy. Siénteme libre.
Sólo por amor.

Miguel HERNÁNDEZ


Alejo Carpentier en su residencia de París, grabó este poema suyo cuando Miguel regresaba de su viaje a Moscú.

viernes, 18 de diciembre de 2009

Nou Consells de Taifa (llibres)

La Librería TAIFA


Nou consells per a un lector jove

1
Llegir es la segona cosa més divertida del mon.
2
¡Lee! Que algo queda.
3 Fer gala de llegir molt, vol dir que no s'ha entés res.
4 Malfia't dels lectors d'un sol llibre.
5 Llegir, si no ve de gust, no serveix de res.
6 Llegir, si ve de gust, tampoc no serveix de res, però t'ho passes bé.
7 Hi ha vida més enllà dels llibres, però no és intel.ligent.
8 No s'ha de disciriminar l'obesitat: tampoc en els llibres.
9 Mai no et llegiràs tots els llibres. No t'atabalis!
Gracias, Batlló

Lectura de J. A. Labordeta en la Librería Taifa

jueves, 17 de diciembre de 2009

Bones festes...

...a tothom????


miércoles, 16 de diciembre de 2009

INSULAE POETARUM


Carlos BARRAL Los diarios / 1957-1989 Edición a cargo de Carmen RIERA Anaya & Mario Muchnik Barcelona 1993

16-IX-85
Paisajes imaginarios. 465
En mi memoria aquí, al pie de este caserón
el dique de grandes ladrillos rojos
el dique o acera que probablemente no existía
hacía un quiebro, frente a un socavón
a pie de la duna atravesada
alrededor de una barcaza vieja
que cerraba el paso al mistral.
Eran dos casas muy chicas, de puertas casi juntas
y verdes muy obscura,
de las que yo me apartaba cuando era como tú
porque me parecía que allí la
gente me quería menos.
En una de ellas habitaba
una vieja alcohólica,
con tres hijos [...ILEGIBLE...] y nietos de color
que andaba todo el tiempo
corriendo y gritando su broma universal.
Era la viuda del velero, un hombre bueno y paciente
seguramente muerto de fatiga
y la amante del diablo,
meaba allí mismo, frente
a su puerta
en la limpia arena, de
pie, ahuecando las negras
sayas.
Había un extraño bote
de higuera junto a su puerta
y un botecillo roto en el que la
vieja colgaba de viejos remos, lijas y peces de
aleta a secar, fantasmas
que giraban con el viento.
La noche, sólo aquí, era a
veces amarillenta
y al amanecer bajaba un
lobo famélico de la colina
en busca de desperdicios de pescado
Pero la vida era fácil y
feliz incluso para la vieja
loca.
Era una vida noble y antigua
en que nadie tenía nada
ni debía a nadie
y seguramente tampoco deseaba nada.
Había manadas de gatos
escurridizos.
(págs. 253-254)

465. El poema se titulará, cuando sea publicado, "Un dudoso recuerdo". Lecciones de cosas, y es la versión más primitiva.

Carlos BARRAL Dibujo

martes, 15 de diciembre de 2009

caballo y barco

... el caballo sobre la mar

... y el barco en la montaña

domingo, 13 de diciembre de 2009

ESTRELLA


BALADA DE LA ESTRELLA

Estrella, estoy triste.
Tú dime si otra
como mi alma viste-
-Hay otra más triste.

-Estoy sola, estrella.
Di a mi alma si existe
otra como ella.
-Sí, dice la estrella.

-Contempla mi llanto.
Dime si otra lleva
de lágrimas manto.
-En otra hay más llanto.

-Di quién es la triste,
di quién es la sola,
si la conociste.

-Soy yo, la que encanto;
soy yo la que tengo
mi luz hecha llanto.

Gabriela MISTRAL

viernes, 11 de diciembre de 2009

MODERNA

MODERNA

Yo danzaré en alfombra de verdura,
ten pronto el vino en el cristal sonoro,
nos beberemos el licor de oro
celebrando la noche y su frescura.

Yo danzaré, como la tierra, pura;
como la tierra yo seré un tesoro,
y en darme pura no hallaré desdoro,
que darse es una forma de la Altura.

Yo danzaré para que todo olvides,
yo habré de darte la embriaguez que pides
hasta que Venus pase por los cielos.

Empero, algo te será escondido,
que pagana de un siglo empobrecido
no dejaré caer todos los velos.
Alfonsina STORNI

lágrimas

A UNA GOTA DE ROCÍO

Lágrima viva de la fresca aurora
a quien la mustia flor la vida debe
y el prado ansioso entre el follaje embebe;
gota que el sol con sus reflejos dora;

que en la tez de las flores seductora
mecida por el céfiro más leve,
mezclas de grana tu color de nieve
y de nieve su grana encantadora:

Ven a mezclarte con mi triste lloro
y a consumirte en mi mejilla ardiente;

que acaso correrán más dulcemente
las lágrimas amargas que devoro...

Mas ¡qué fuera una gota de rocío
perdida entre el raudal del llanto mío!
Carolina CORONADO

el balcón cerrado

Cuando se hundieron las formas puras
bajo el cri-cri de las margaritas,
comprendí que me habían asesinado.
Recorrieron los cafés y los cementerios y las iglesias,
abrieron los toneles y los armarios,
destrozaron tres esqueletos para arrancar sus dientes de oro.
Ya no me encontraron.
¿No me encontraron?
No. No me encontraron.
F.E.D.E.R.I.C.O. (que significa) (*)

Significado de Federico

(*) Origen celta, significa reino de paz y se celebra el 1 de marzo. Con un fuerte poder físico su carácter es firme y su vigor mental inflexible. Detecta con facilidad la honestidad o el engaño en los demás siempre que no esté implicado emocionalmente. Simpático y sensible atrae la confianza de los demás. Inquieta búsqueda de ideales humanitarios que se puedan expresar como ayuda a los demás en la vida cotidiana.

jueves, 10 de diciembre de 2009

ARCIPRESTE

RETRATO DEL ARCIPRESTE

"Señora -dijo la vieja-, yo lo veo a menudo:
tiene el cuerpo muy ancho, miembros grandes, fornido,
la cabeza no pequeña, velloso, pescozudo,
el cuello no muy largo, cabello negro, orejudo;
las cejas separadas, negras como el carbón;
su andar erguido, igual que el pavo real;
el paso sosegado y muy sereno;
su nariz es larga, esto lo desmejora;
las encías rojas y la voz grave,
la boca no pequeña, labios regulares,
más gruesos que delgados, rojos como el coral;
las espaldas muy anchas, las muñecas igual;
tiene los ojos pequeños, es un poquito moreno,
el pecho saliente y bien fornido el brazo,
muy largas las piernas, el pie, poco pedazo.
Señora, de él no vi más, pero por su amor os abrazo.
Es ligero, valiente, muy joven de edad,
toca los instrumentos, sabe de juglarías,
galanteador alegre, ¡por mis zapatos!,
hombre como él que digo no lo hay en todas partes."
Mi vieja a la monja muy bien la sedujo:
"Señora -dijo-, el refrán del que de la feria huyó:
'la compra hasta tu puerta es Dios quien la condujo';
¡amad, damas, amadle a hombre como lo describo!
Sois, monjas, cautelosas, pero deseozas y lozanas;
los clérigos fogosos desean a las ufanas;
todos nadar desean, los peces y las ranas;
a pan de quince días, hambre de tres semanas."
Dijo doña Garoza: "Veremos, dame tiempo."
"¡A fe mía! -dijo la vieja-, no sea el amor tardo;
quiero ir a decírselo; ¡uy! ¡cómo me congracio!;
yo haré que mañana venga aquí a esta sala."
La monja dijo: "Vieja, ¡Dios me guarde de tus mañas!
Ve y dile que mañana venga en presencia de otros
a decirme cosas sensatas, no bromas ni picardías,
y dile que no me cuente historias como las tuyas."
Vino a mí la leal vieja, alegre y placentera,
antes del ¡Dios os salve!, alegraos, estad contento;
dice que mañana vayáis a hablarle, no a solas;
pero procurad no decirle bromas chocarreras,
que a las monjas no les gustan los curas faroleros;
decidle sólo aquello que venga al caso,
lo que mañana le habléis reflexionadlo bien,
id vos mañana temprano a misa,
enamorad a la monja y luego regresad."
Yo le dije: "Trotaconventos, te ruego, mi amiga,
que lleves esta carta antes de que yo se lo diga
y, si como respuesta no te dice enemiga,
puede que de esta conversación otra cosa se siga."
Le llevó una carta mía a la misa primera,
me trajo una respuesta a mi hermosa rima;
tiene esta monja más guardas que mi esgrima,
pero de la buena conversación se llegó a buena cima.
En el nombre de Dios fui a misa temprano;
vi que la monja estaba en oración, lozana,
largo cuello de garza, color fresco de grana:
desacierto cometió quien le mandó vestir lana.
¡Válgame, Santa María!, mis manos me aprieto:
¿quién dio a blanca rosa hábito y velo negro?
Más valdría a la hermosa tener hijos y nietos
que ese velo negro, ni un centenar de hábitos;
aunque sea ofensa contra Mi Señor
el pecado de monja con hombre galanteador,
¡ay Dios!, ojalá yo fuera este pecador
que hiciera penitencia por el cometido error!
Me miró con unos ojos que parecían fuego;
yo suspiré por ellos, dijo mi corazón: ¡helá!
Me fui hacia la monja, hablóme y habléla,
me enamoró la monja y yo enamorela.
Me recibió la monja por su buen servidor,
siempre le fui obediente y leal amador,
me hizo mucho bien en Dios con limpio amor;
mientras ella fue viva, Dios fue mi guiador:
con muchas oraciones a Dios por mí rogaba
y con su abstinencia mucho me ayudaba,
su vida muy limpia en Dios se deleitaba,
por placeres del mundo nunca se esforzaba;
para estos amores son las religiosas:
para rogar a Dios con obras piadosas,
pues para amor del mundo son muy peligrosas,
y son muy hipócritas, perezozas, mentirosas.
Mas fue ésa mi suerte que, pasados dos meses,
murió la buena monja y tuve nuevas penas.
Han de morir los hombres que nacieron y han nacido.
¡Dios perdone su alma y nuestros pecados!
Por el mucho dolor escribí esta endecha,
por pesar y tristeza no salió muy bien hecha;
enmiéndela todo aquel que tributa al buen amor,
pues error y desacierto la enmienda no desechan.

Juan RUIZ ARCIPRESTE DE HITA
Libro de Buen Amor Hijos de José Bosch, S. A. clásicos y ensayos colección aubí Girona 1976 Texto establecido Lidia Pons Griera págs. (393-396)

lunes, 7 de diciembre de 2009

javier egea: leyenda urbana



En mayo de 1992 Horacio "Tato" Rébora encargó la coordinación de un libro-collage sobre la noche y los bares granadinos a Javier Egea y este aceptó pues prometía pagar bien y estaba necesitado de ingresos. El título: "Confieso que he bebido". Se celebraron una serie de reuniones en "La Tertulia" que comenzaron con interés en el proyecto y se diluyeron con el tiempo en su contrario el desinterés y quedó, a principios de 1993, como eso: un proyecto. Javier Egea realizó una antología de textos poéticos que abarcaban desde Omar Keyham hasta la actualidad, acompañados por algunas prosas y artículos periodísticos y solicitó la colaboración de la inteligencia granadina, que con mayor o menor fortuna aportaron sus trabajos sobre tema tan común, pues de todos es sabido la legendaria relación alcohol-literatura.
Bastantes años después el profesor Juan Carlos Rodríguez, en entrevista realizada por Juan de Dios García (Diálogo Universal), requerido por la cuestión, fue tajante en cuanto a desmontar esa leyenda, personificada en el poeta Javier Egea. El entrevistador le preguntó:

¿Le debe algo la literatura a la bebida?

Y el profesor contestó:

-No, ni a las drogas duras. Eso es un mito romántico y bohemio que recuperaron los Beats americanos y el 68 europeo. Sólo hay un buen libro que parece escrito bajo el recuerdo de las drogas, pero es un libro de guerra, sobre el Vietnam, algo excepcional:"Despachos de guerra" de Michel Herr. Si te refieres a la leyenda en torno a Javier Egea te aseguro que todos sus grandes poemas los escribió completamente sobrio. Hace poco tiempo me llegó un manuscrito de Javier, escrito al parecer en una de sus noches de alcohol y era un verdadero desastre. La escritura sólo posee un amigo: tener algo que decir y saber cómo decirlo. Y el enemigo obviamente es la página en blanco. Y eso ya lo escribió Rubén casi mejor que Mallarmé. Los “paraísos artificiales” no existen durante la escritura; pueden existir antes o después, pero “en medio” lo único que ayuda es la obsesión por vencer a la página. Si eso te provoca dolor de cabeza se puede recurrir a un paseo o a una aspirina. Pero el compromiso con la escritura no admite camas redondas: es monogámico. ¿Quizá Rimbaud o Malcolm Lowry sean excepciones? Habría que comprobarlo más allá de las leyendas.

domingo, 6 de diciembre de 2009

El Raki


La vida do por el raki,
No puedo (yo)dexarlo,
De bever nunca me harti,
De tanto amarlo.

Cuando esta en el barril,
El no havla de todo,
Cuando me hago (yo) kandil, // Cuand me ago kyor kandil
Me hago banyos de lodo. // Me kaygo en el lodo

El ya mos haze divorsar
casamientos de oro.
La vida (yo) kiero pasar,
con rizas y con lloros

Me siento (yo) hijo varon,
Me siento (yo) primario.
Sin tener liras en el kashon,
Me siento milyonario.

Tradicional (ladino)





viernes, 4 de diciembre de 2009

ALMA

El huracán ALMA

[...] El cuerpo de Alma era zarzaparrilla o azúcar o un pastel. Algo tan dulce, rosado y pegajoso que te impregnaba entero. Algo con lo que una vez que empezabas no podías parar hasta empacharte. Y en todo momento olia a rosas... rosas mezcladas con olor a mujer. Alma Hacht siempre se ponía agua de rosas. Detrás de las orejas, debajo de los brazos, en las muñecas. A veces se sentaba sobre un charco y dejaba que el agua de rosas subiera por ella. Si entrabas en una habitación y Alma Hacht había estado en ella en las últimas veinticuatro horas, lo sabías por el olor a rosas. Rosas de color rosa. No rojas, ni blancas, ni amarillas... rosas. Los pezones eran de color rosa; su agujero, de color rosa; sus labios, rosados. Juro que Alma Hacht no era una mujer blanca. Era una mujer rosa.
-La mejor puta del estado -diría Ida Richilieu hablando de Alma años más tarde-. Lo que hace a Alma tan buena es que parece una rosa, huele como una rosa y te folla hasta dejarte seco. [...]

Tom SPANBAUER
El hombre que se enamoró de la luna Muchnik Editores Barcelona 1992 Traducción Carlos López de la Madrid pág. 97

jueves, 3 de diciembre de 2009

Gregor Samsa

Franz KAFKA hacia 1906-1908

[...] Mientras vivió en Praga, Kafka apenás salío de la zona más céntrica de la ciudad: la casa Minuta, la escuela primaria y el instituto, los distintos locales donde estuvo la tienda de su padre, la universidad, las viviendas de las calles Celtná y Parizcá, la casa Oppelt, la oficina: todos esos lugares no distaban más de un centenar de metros entre sí.
Precisamente fue en esa época cuando el centro de la ciudad se transformó más radicalmente que nunca antes o después. Por doquier se demolieron pisos, que se sustituyeron por edificios nuevos al pomposo estilo vienés, en una operación que afectó desde calles enteras alrededor de la calle Karlova a los palacios monumentales de la Josefplatz (hoy Namestí Republiky). Pero el cambio más radical fue la casi total demolición de la antigua judería, que había sido durante la infancia de Kafka un paraíso de ropavejeros, prostitutas, borrachos y marginados. A partir de 1893 y a lo largo de dos décadas, se llevó a cabo una ingente operación de saneamiento: en el lugar de "300 casas miserables" surgieron "81 palacios de alquiler", en los que desde 1907 se hallaron también las distintas viviendas de la familia Kafka. Quince años después, el escritor le diría a Janouch: "Nuestro corazón sigue sin saber nada del saneamiento. La vieja e insalubre judería es mucho más real en nuestro interior que la higiénica ciudad nueva que nos rodea".
[...]

Klaus WAGENBACH // FRANZ KAFKA


Klaus WAGENBACH / FRANZ KAFKA
Imágenes de su vida Círculo de Lectores / Galaxia Gutemberg Barcelona 1998

martes, 1 de diciembre de 2009

Cartón

CARTONES

Sobre la edición perdida de Francisco de la Torre
dialnet.unirioja.es/.../articulo?codigo..

lunes, 30 de noviembre de 2009

Huelebraguetas


HISTORIA DE DETECTIVES


Con pequeños malentendidos con la realidad construimos las creencias y las esperanzas, y vivimos de las cortezas a las que llamamos panes, como los niños pobres que juegan a ser felices.

Fernando PESSOA Libro del desasosiego

1

En los días luminosos, desde la zona alta de la ciudad, desde esta calle que se encabrita en la colina como si quisiera mirarse en el Mediterráneo, la vista alcanza muy lejos mar adentro y el corazón se engaña: el barrio dormido es una atalaya sobre un sueño que no acaba de discurrir. A veces, sin embargo, más allá del puerto y de sus rompeolas, más allá de la blanca espuma de los balandros que festonea el litoral, en la popa de los buques de carga que parecen anclados en el horizonte y en el herrumbroso castillo de proa de los grandes petroleros que navegan hacia el Sur, hemos visto centellear los aros de plata en las orejas de los marineros acodados a la borda, las sirenas tatuadas en sus pechos de bronce y los corazones traspasados por la flecha bajo un nombre de mujer; si te fijas mucho, claro, si de verdad quieres ver lo que miras y no te dejas deslumbrar por el sol.
[...]

Juan MARSÉ Historia de detectives ( en Teniente Bravo). Seix Barral Biblioteca Breve Barcelona 1987

la estrategia de la araña


"... y no sé en qué fuerzas fiado me escribe una carta, más que ingeniosa, atrevida, pues
queriendo cumular mil fragmentos de disparates (como de diferentes dueños, de donde
infiero los tiene el papel), no supo organizarlos, pues están más faltos de artículos y
conjunciones copulativas que carta de vizcaíno; de donde se ve tener buen resto de
ignorancia, pues tanta se traslada de el corazón al papel, y hallo ser cierto: Nemo dat
plus quam habet."

CARTA DE DON LUS DE GÓNGORA, EN RESPUESTA DE LA QUE LE ESCRIBIERON
(1615)


K.

domingo, 29 de noviembre de 2009

CONFIESAN QUE HAN BEBIDO


José GUTIÉRREZ SOLANA: La Tertulia del Café Pombo


NOCHES DE BOCACCIO



Más de la mitad de la cultura moderna depende de lo que no debe leerse.
Oscar WILDE

[Hasta aquí el diario esquizofrénico del goxdivin desertor. Una vez leído, la cuestión de si esta crónica de enredos poblada de míticos irredentos podía constituir una trama argumental al servicio de Roberto Amores, aventurero urbano (tebeo para adultos), según quería Kim, el gran dibujante noctámbulo, dejó de interesarme o, mejor dicho, me olvidé del asunto por completo. En realidad, visto desde hoy, nuestro imponente Titanic no era más que un frágil patín a vela impulsado por la brisa (caliente, demasiado caliente) de un sueño de barrio en Fiesta Mayor...
En cuanto a la gauche divine como grupo, ahí empezó a resquebrajarse. Me consta que algunos, los militantes de las últimas hornadas, cubrieron de insultos al Chorizo de las Letras y a la intrépida C.C. En cambio, los antiguos o históricos se esforzaron siempre en defenderles, asumiendo con buen humor su parte de culpa en el descomunal disparate. Hubo muchos disidentes, deserciones sonadas, cambios de bares y terrazas y puntos de reunión, de bebida y de lecho y hasta de sexo. La brecha que se abrió fue profunda, y aún no se ha cerrado.
Finalmente, los disidentes empezaron a ser grupo, que es lo que se acaba siendo siempre.

Juan MARSÉ: Noches de Bocaccio (en Teniente Bravo). Seix Barral Biblioteca Breve Barcelona 1987

sábado, 28 de noviembre de 2009

ENTERRADORES

CONTRA LOS ENTERRADORES

Más o menos lo mismo puede decirse de los “enterradores” de papel, esos periodistas y escritores que tienen preparado de antemano el texto que publicarán, lleno de regocijo bastardo, a la muerte del ilustre. No encuentran otra manera de amistarse con el muerto que llorar con palabras falsas y lágrimas de cocodrilo por la memoria de quien acaba de morir, el mismo al que le negaron el pan y la sal (y, además, lo amargaron) durante muchos años de su vida. Comprendo que el “obituario” o “necrológica” sea un “gran género periodístico”, como me dijo el otro día, encantado de conocerse, uno de esos obscenos “enterradores”, pero que esos mismos traficantes de cadáveres ilustres tengan a gala ser los primeros que elogian al muerto cuando en vida lo han convertido en un San Sebastián a flechazos y silencios, me parece un sarcasmo amoral y antiestético, muy propio de esos sepulcros que se blanquean como el dinero robado: llorando por los muertos en una elegía urgente que deja tras de sí un reguero de escandalosa desvergüenza.

Hay, en los últimos tiempos, “enterradores” para todos los gustos. Y hay, porque en la moda hay de todo, también quien busca con desesperación asmática el título de “enterrador mayor del Reino de España”.

[…]

Pero ¿cómo van esos traficantes, perillanes y “enterradores” profesionales a entender de ética, estética y respeto? No importa quién gane con esta obscenidad. Al traficante no le interesa más que su conveniencia y su beneficio.

J.J. ARMAS MARCELO, “Contra los enterradores”, ABC, 925, 28 noviembre 2009, pág. 8


K.

lunes, 23 de noviembre de 2009

FOSAS

un equipo andaluz de tebeos granada 1976

domingo, 22 de noviembre de 2009

JUEVES

[...] -Y entonces -dijo-, ¿usted qué es?
-¿Qué? Desempeño el oficio de policía filósofo- dijo el del uniforme azul-. El oficio es a la vez más atrevido y más sutil que el de un detective vulgar. Este tiene que ir a las tabernas sospechosas para arrestar ladrones. Nosotros vamos a los tés artísticos para descubrir pesimistas. El detective vulgar, hojeando un libro mayor o un diario, adivina un crimen pasado. Nosotros, hojeando un libro de sonetos, adivinamos un crimen futuro. A nosotros nos toca remontar hasta el origen de esos temerosos pensamientos que conducen al hombre al fanatismo intelectual, al crimen intelectual.[...]

Gilbert K. CHESTERTON
El hombre que fue jueves LOSADA Colección Clásicos Universales pág. 63 Traducción de Alfonso Reyes