domingo, 29 de noviembre de 2009

CONFIESAN QUE HAN BEBIDO


José GUTIÉRREZ SOLANA: La Tertulia del Café Pombo


NOCHES DE BOCACCIO



Más de la mitad de la cultura moderna depende de lo que no debe leerse.
Oscar WILDE

[Hasta aquí el diario esquizofrénico del goxdivin desertor. Una vez leído, la cuestión de si esta crónica de enredos poblada de míticos irredentos podía constituir una trama argumental al servicio de Roberto Amores, aventurero urbano (tebeo para adultos), según quería Kim, el gran dibujante noctámbulo, dejó de interesarme o, mejor dicho, me olvidé del asunto por completo. En realidad, visto desde hoy, nuestro imponente Titanic no era más que un frágil patín a vela impulsado por la brisa (caliente, demasiado caliente) de un sueño de barrio en Fiesta Mayor...
En cuanto a la gauche divine como grupo, ahí empezó a resquebrajarse. Me consta que algunos, los militantes de las últimas hornadas, cubrieron de insultos al Chorizo de las Letras y a la intrépida C.C. En cambio, los antiguos o históricos se esforzaron siempre en defenderles, asumiendo con buen humor su parte de culpa en el descomunal disparate. Hubo muchos disidentes, deserciones sonadas, cambios de bares y terrazas y puntos de reunión, de bebida y de lecho y hasta de sexo. La brecha que se abrió fue profunda, y aún no se ha cerrado.
Finalmente, los disidentes empezaron a ser grupo, que es lo que se acaba siendo siempre.

Juan MARSÉ: Noches de Bocaccio (en Teniente Bravo). Seix Barral Biblioteca Breve Barcelona 1987

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