lunes, 30 de noviembre de 2009

Huelebraguetas


HISTORIA DE DETECTIVES


Con pequeños malentendidos con la realidad construimos las creencias y las esperanzas, y vivimos de las cortezas a las que llamamos panes, como los niños pobres que juegan a ser felices.

Fernando PESSOA Libro del desasosiego

1

En los días luminosos, desde la zona alta de la ciudad, desde esta calle que se encabrita en la colina como si quisiera mirarse en el Mediterráneo, la vista alcanza muy lejos mar adentro y el corazón se engaña: el barrio dormido es una atalaya sobre un sueño que no acaba de discurrir. A veces, sin embargo, más allá del puerto y de sus rompeolas, más allá de la blanca espuma de los balandros que festonea el litoral, en la popa de los buques de carga que parecen anclados en el horizonte y en el herrumbroso castillo de proa de los grandes petroleros que navegan hacia el Sur, hemos visto centellear los aros de plata en las orejas de los marineros acodados a la borda, las sirenas tatuadas en sus pechos de bronce y los corazones traspasados por la flecha bajo un nombre de mujer; si te fijas mucho, claro, si de verdad quieres ver lo que miras y no te dejas deslumbrar por el sol.
[...]

Juan MARSÉ Historia de detectives ( en Teniente Bravo). Seix Barral Biblioteca Breve Barcelona 1987

la estrategia de la araña


"... y no sé en qué fuerzas fiado me escribe una carta, más que ingeniosa, atrevida, pues
queriendo cumular mil fragmentos de disparates (como de diferentes dueños, de donde
infiero los tiene el papel), no supo organizarlos, pues están más faltos de artículos y
conjunciones copulativas que carta de vizcaíno; de donde se ve tener buen resto de
ignorancia, pues tanta se traslada de el corazón al papel, y hallo ser cierto: Nemo dat
plus quam habet."

CARTA DE DON LUS DE GÓNGORA, EN RESPUESTA DE LA QUE LE ESCRIBIERON
(1615)


K.

domingo, 29 de noviembre de 2009

CONFIESAN QUE HAN BEBIDO


José GUTIÉRREZ SOLANA: La Tertulia del Café Pombo


NOCHES DE BOCACCIO



Más de la mitad de la cultura moderna depende de lo que no debe leerse.
Oscar WILDE

[Hasta aquí el diario esquizofrénico del goxdivin desertor. Una vez leído, la cuestión de si esta crónica de enredos poblada de míticos irredentos podía constituir una trama argumental al servicio de Roberto Amores, aventurero urbano (tebeo para adultos), según quería Kim, el gran dibujante noctámbulo, dejó de interesarme o, mejor dicho, me olvidé del asunto por completo. En realidad, visto desde hoy, nuestro imponente Titanic no era más que un frágil patín a vela impulsado por la brisa (caliente, demasiado caliente) de un sueño de barrio en Fiesta Mayor...
En cuanto a la gauche divine como grupo, ahí empezó a resquebrajarse. Me consta que algunos, los militantes de las últimas hornadas, cubrieron de insultos al Chorizo de las Letras y a la intrépida C.C. En cambio, los antiguos o históricos se esforzaron siempre en defenderles, asumiendo con buen humor su parte de culpa en el descomunal disparate. Hubo muchos disidentes, deserciones sonadas, cambios de bares y terrazas y puntos de reunión, de bebida y de lecho y hasta de sexo. La brecha que se abrió fue profunda, y aún no se ha cerrado.
Finalmente, los disidentes empezaron a ser grupo, que es lo que se acaba siendo siempre.

Juan MARSÉ: Noches de Bocaccio (en Teniente Bravo). Seix Barral Biblioteca Breve Barcelona 1987

sábado, 28 de noviembre de 2009

ENTERRADORES

CONTRA LOS ENTERRADORES

Más o menos lo mismo puede decirse de los “enterradores” de papel, esos periodistas y escritores que tienen preparado de antemano el texto que publicarán, lleno de regocijo bastardo, a la muerte del ilustre. No encuentran otra manera de amistarse con el muerto que llorar con palabras falsas y lágrimas de cocodrilo por la memoria de quien acaba de morir, el mismo al que le negaron el pan y la sal (y, además, lo amargaron) durante muchos años de su vida. Comprendo que el “obituario” o “necrológica” sea un “gran género periodístico”, como me dijo el otro día, encantado de conocerse, uno de esos obscenos “enterradores”, pero que esos mismos traficantes de cadáveres ilustres tengan a gala ser los primeros que elogian al muerto cuando en vida lo han convertido en un San Sebastián a flechazos y silencios, me parece un sarcasmo amoral y antiestético, muy propio de esos sepulcros que se blanquean como el dinero robado: llorando por los muertos en una elegía urgente que deja tras de sí un reguero de escandalosa desvergüenza.

Hay, en los últimos tiempos, “enterradores” para todos los gustos. Y hay, porque en la moda hay de todo, también quien busca con desesperación asmática el título de “enterrador mayor del Reino de España”.

[…]

Pero ¿cómo van esos traficantes, perillanes y “enterradores” profesionales a entender de ética, estética y respeto? No importa quién gane con esta obscenidad. Al traficante no le interesa más que su conveniencia y su beneficio.

J.J. ARMAS MARCELO, “Contra los enterradores”, ABC, 925, 28 noviembre 2009, pág. 8


K.

lunes, 23 de noviembre de 2009

FOSAS

un equipo andaluz de tebeos granada 1976

domingo, 22 de noviembre de 2009

JUEVES

[...] -Y entonces -dijo-, ¿usted qué es?
-¿Qué? Desempeño el oficio de policía filósofo- dijo el del uniforme azul-. El oficio es a la vez más atrevido y más sutil que el de un detective vulgar. Este tiene que ir a las tabernas sospechosas para arrestar ladrones. Nosotros vamos a los tés artísticos para descubrir pesimistas. El detective vulgar, hojeando un libro mayor o un diario, adivina un crimen pasado. Nosotros, hojeando un libro de sonetos, adivinamos un crimen futuro. A nosotros nos toca remontar hasta el origen de esos temerosos pensamientos que conducen al hombre al fanatismo intelectual, al crimen intelectual.[...]

Gilbert K. CHESTERTON
El hombre que fue jueves LOSADA Colección Clásicos Universales pág. 63 Traducción de Alfonso Reyes

CITA EN EL ATENEO



No hace mucho experimenté en un ATENEO la sensación de que el conferenciante había elegido un tema que le era absolutamente desconocido y por tanto no conseguía interesarme tanto como hubiera sido de esperar. Hablaba de cosas de las que no estaba convencido y sus argumentos eran débiles y simples. Además no había un pensamiento central o centralizador a lo largo de la conferencia...

Henry David Thoreau (1817-1862) Desobediencia civil y otros escritos, pág. 9

k.

La conjura de los necios (II)

"Cuando en el mundo aparece un verdadero genio, puede identificársele por este signo: todos los necios se conjuran contra él".
Jonathan SWIST Thoughts on various subjects, moral and diverting

sábado, 21 de noviembre de 2009

CREPÚSCULO

¡Oros, oros! ¡Granas, granas!
¡Sangre todavía caliente
de asesinadas mañanas!
Elisabeth Mulder

20 N

San Buenaventura Durruti (14-VII-1896 / 20-XI-1936)

viernes, 20 de noviembre de 2009

BRINDIS


Te dices que es preciso, hoy también, empezar a beber. Déle sabor a la vida. Los colores, los sentidos, la sana evasión del júbilo místico. Beber y dejar de beber. El contacto con una armonía sin memoria. Beber es vivir. El apoyo, el bastón, la pared que sostiene aquello que podía ya estar caído. Beba la vida. La retracción a la infancia de los problemas, a la pureza o nada, a la ilusión, al falaz espontaneísmo, al humanismo de los cariños emergidos y los llantos irreprimibles. Beber o no beber. Y para qué más palabras. Jerez.

Felipe Alcaraz Sobre la autodestrucción y otros efectos Akal Madrid 1975 pág. 114

PUNTO

Todos los buenos libros tienen en común que son más verdaderos que si hubieran sucedido realmente.
Ernest Hemingway

De los diversos instrumentos inventados por el hombre, el más asombroso es el libro; todos los demás son extensiones de su cuerpo... Sólo el libro es una extensión de la imaginación y la memoria.
Jorge Luis Borges

jueves, 19 de noviembre de 2009

EFECTOS

VVAA Lecturas con... efectos secundarios Fundación Germán Sánchez Ruperez Salamanca 1999

[...] A pesar de todo, no dejaremos de advertir en el fondo de nuestras miradas [...] lo cobardes que hemos sido dejándonos doblegar por las apariencias, por ese mundo de las personas normales que nos ha llevado hasta el extremo de romper con las antiguas, incómodas amistades. Que nos ha obligado incluso a cambiar de ciudad.
Y toda nuestra ironía, todo nuestro escepticismo de alta escuela, quedarán entonces como lo que son: máscaras, técnicas de huida, lo que resta para no pegarse un tiro, el último apoyo.
No me invitaste a la boda y el día que te vi de nuevo, ya con tu mujer, en aquella piscina, te comportaste como si tal cosa, saludándome con una especie de alegría infantil que parecía postiza, y luego, cuando almorzábamos, le pelliscabas la barbilla [...] le palmeabas el antebrazo y alababas su inteligencia. Es tan inteligente, dijiste, que ha buscado un genio para casarse. Pero cuando yo intenté hacer mis pinitos en ese tono cínico y aberrante que siempre hemos utilizado los dos [...] tú me hiciste ver no con demasiada habilidad que tuviera cuidado en no colarme, que las cosas habían cambiado. [...]
Felipe Alcaraz Sobre la autodestrucción y otros efectos Akal 1975 pág. 118

miércoles, 18 de noviembre de 2009

JAVIER EGEA: ESCRITURA Y LIBERTAD

"NO ME INTERESA EL MUNDO CANALLA DE LA SOCIEDAD LITERARIA QUE AL FIN Y AL CABO REPRODUCE LOS VICIOS DE LA SOCIEDAD CIVIL. LA ESCRITURA ES PARA MÍ UNA PARCELA DE LIBERTAD PERSONAL"
Javier EGEA (de los periódicos, 1994)

martes, 17 de noviembre de 2009

ARTEFA

Manuel TALENS La parábola de Carmen la Reina Tusquets Colección Andanzas Barcelona 1999

1. TENIENDO EN CUENTA QUE, como lo dejó establecido el rey sabio en su General estoria, natural cosa es de codiciar los hombres saber los hechos que acaecen en todos los tiempos, y dado que mucho han emprendido poner en orden la historia de las calamidades que sucedieron en Artefa conforme nos las contara mi abuela, pero lo hacen de tan burda manera que son como los pintores que pintan a los ángeles con plumas, y a Dios Padre con barba larga, y al diablo con pies de cabra, me ha parecido también a mí, después de haberme informado de todo exactamente desde su primer origen, compilártelas en desorden, ¡oh, dignísimo Teófilo!, para que conozcas la verdad de lo que te fue enseñado; mas como la historia general de los hombres ha consistido siempre en puras historias tergiversadas por los hombres con el fin de servir a sus vanos intereses, y yo no soy más que un hombre que nació poseído por los mismos defectos, quiero bautizarme de antemano contra el pecado original, e imitando a nuestro venerado Arcipreste de Hita, declaro solemnemente desde el principio que si cualquiera que lea estos papeles bien trovar supiere, puede más añadir y enmendar si quisiere; espero, mi buen Teófilo, que te encuentres bien, nosotros bien, gracias a los compañeros, cuya ayuda nunca nos faltó; vivimos tiempos difíciles para la causa, pero no hay que perder la esperanza; el camarada Pablo sigue preso en la cárcel, donde lo visito a diario, y te manda muchos recuerdos; está flojo de salud, y ya empiezan a salirle los achaques de la edad; menos mal que yo me ocupo de sus dolencias; dicho lo cual, ahora que tengo más oreada la imaginación de las lluvias y terremotos, y los sesos más sacudidos de las apoplejías y letargos, empiezo ya sin tardar con la escritura de esta epístola que te dirijo, y paso a narrarte de mi puño y letra que dicen que han dicho que decían que habían oído decir que alguien dijo que le dijeron que Poncio Almodovar se encaró la escopeta y apuntó al ojo izquierdo del doctor Lucas Toledano, y que al apretar el gatillo quiso asegurarse de no fallar por segunda vez en su vida, ya que no le quedaba tiempo para lamentaciones; y dicen asimismo (lo cual es improbable) que todo empezó el día de la lejana Navidad de sus catorce años, cuando se hallaba con sus amigos de siempre y Celedonio el Judas lo retó a un duelo instantáneo de puntería; no pudo negarse, pues lo que más le importaba era quedar bien ante la bandada de muchachas que revoloteaban no muy lejos de allí con la sangre hirviendo por los primeros fogonazos de la adolescencia, y pensó que era una magnífica oportunidad para atraer su atención más allá del estéril intercambio de miradas furtivas; a aquella edad temprana portaba ya en la cara los rasgos que le harían convertirse poco tiempo después en la presa más codiciada de toda la comarca: tenía la sonrisa certera, y sus ojos pardos de gato despedían un fuego que derretía los espíritus más impávidos, pero era de un carácter solitario y no había llegado a descubrir que su poder de seducción residía precisamente en esos atributos; [...]
Manuel TALENS La parábola de Carmen la Reina


Javier Egea a la búsqueda del tiempo perdido

Garcilasso de la Vega: Obras

"Vamos a partir de la base de que no existe el tiempo perdido y que, por tanto, esa pretendida búsqueda sería o gratuita o falsa. De lo que se trata es de saber de dónde venimos y a dónde queremos ir. Por eso, mis lecturas preferidas son Garcilaso y Lenin. Es algo así como 'los orígenes' y el horizonte. No obstante, lo que sí es absolutamente necesario es el análisis, el conocimiento objetivo, con todas las limitaciones que esto supone -de ese tremendo proceso que es el hombre. Conocerse a sí mismo, conocer las relaciones de explotación que te hace ser de una u otra manera, y conociéndolas, conociéndote, intentar cambiarlas, cambiarte, es -a mi modo de ver- la única razón, la única forma de estar "'compensado, equilibrado', en medio del dolor, de la alegría, etc... colectivos.
Brodski: Lenin

Pero se trata de tomar conciencia. Al principio, descubres que existe un medio, un lenguaje, en este caso el 'lenguaje poético' con el que crees poder expresar, comunicar tus 'propios' sentimientos, tus 'propias' contradicciones. Y llegas a crear la poesía. Después, tras un largo proceso de transformación, te das cuenta de que lo único que estás haciendo no es reflejar tu propio dolor, tu propio amor, tu propia vida, sino unos sentimientos directamente producidos desde una vida y una muerte que es de todos y de cada uno. Es entonces cuando te puedes saber útil, entonces dejas de creer en la palabra poética en abstracto y entiendes hasta sus últimas consecuencias aquello de Gabriel Celaya, de que la poesía es un arma cargada de futuro o como dice Juan Carlos Rodríguez: Que no te mueves ya en una ideología de la 'palabra poética' sino en la consciencia de que la palabra no es nunca inocente, que la poesía es siempre inconsciente y que el inconsciente no hace otra cosa que trabajarnos como explotación y como muerte. Porque hay quienes en su ceguera, en su ignorancia, piensan que se puede estar al margen de la realidad y así aliviar el propio dolor, pero no saben que esto es lo más doloroso y que no existen ni los Robinsones ni los héroes ni los mártires".
Javier Egea (de los periódicos, 1980)

Juan Carlos Rodríguez

javier egea: la bohemia

copla popular

Es Madrid, ciudad bravía
que entre antiguas y modernas
tiene 300 tabernas
y una sola librería.


"Hay poetas y poetas. Yo creo que la bohemia es una de las claves de la metodología poética moderna. En mi caso tiendo inevitablemente hacia esa bohemia, puesto que comencé en la marginalidad de la taberna. Allí aprendí muchas cosas. Además, el arte no debe estar reñido con la sensatez."
javier egea (de los periódicos, 1994)

lunes, 16 de noviembre de 2009

Javier Egea y algunos versos (agrios)


"Dedicaría [unos versos agrios] a los hipócritas, a los corruptos, a los banqueros, al capitalismo y sobre todo a una amistad traicionada. Cuestiones que, por otro lado, están a la orden del día".
Javier Egea (de los periódicos, 1994)

domingo, 15 de noviembre de 2009

javier egea: mercado y sentimentalidad (otra)

Ernest DESCALS Mercat de Sant Antoni

En el mercado literario, la narrativa tiene gran predicamento como objeto a comerciar, pero la poesía lo tiene mínimo "si se exeptúan los nombres fundamentales de la Literatura, claro está, y algún que otro poeta que durante unos años funciona pero acaba apagándose. Tal vez porque no estuviera tan asentado como parecía. Desde luego, ahí entran en juego los intereses comerciales".

"Los presupuestos teóricos [de la otra sentimentalidad] siguen siendo válidos. Sin embargo, nosotros no somos un grupo poético al modo de los surrealistas, pongamos por caso. Nuestro nexo de unión es ideológico, pero nuestras respectivas prácticas literarias son diferentes".
javier egea (de los periódicos, 1991)

sábado, 14 de noviembre de 2009

JAVIER EGEA: Impresiones (poéticas) 1991

Claude MONET Impressions: soleil levant

"Sí [en la actualidad se hace buena poesía], pero no obstante veo un pequeño vacío, me da la impresión de que la gente se está repitiendo. Creo que hay que buscar en otros lugares. Ultimamente la poesía me aburre bastante. Hecho de menos, como cualquier lector, un libro que me sorprenda. Y hace mucho tiempo que no lo encuentro."
Javier EGEA (de los periódicos, 1991)

viernes, 13 de noviembre de 2009

José María VALVERDE


PALABRAS PROHIBIDAS HABÍA, VERGONZOSAS...

Palabras prohibidas había, vergonzosas,
y bien las escuchaba el niño, aunque entendiéndolas
sólo a medias, a veces, por miedo a preguntar.
Pero otras más secretas quedaban allá al fondo,
oscuras y sagradas: en susurro solemne
de la gente mayor, o más bien silenciadas,
sólo en una inflexión reverente, un acento:
palabras que rozaban el miedo de ser pobre
y el tenso afán de andar por la vida hacia
arriba,
como gente decente, ceñuda y cumplidora.
Con respeto, asomaban vocablos como "acciones"
o la palabra "renta" infundía más vida,
y por en medio andaban términos misteriosos:
por ejemplo, "hipoteca", con su son de caballo
trotando sin sentido -hasta que un día alguno
la pronunció de un modo que la hirió de deshonra.
Ya mayor, acepté no entender el lenguaje
de los bienes del mundo: era la "economía",
una selva de fuerzas, con sus magos herméticos
y sus raras palabras, todas cabeza abajo.
Un día, medio en broma, fingí justificarles
su lenguaje cerrado: el vulgo nunca debe
entender su liturgia porque toda, en el fondo,
consiste en dar mil vueltas deprisa a los dineros
sacados a ese vulgo, hasta que se aparenta
que son más, y aun lo llegan a ser que es el
milagro,
(y si el vulgo lo entiende se acabaría el juego,
porque se asustaría de tal ilusionismo).
Y hasta alabé la fuerza creadora del crédito,
diciendo, por ejemplo, cosas de este cariz:
"... Creyó el hombre en el hombre, y reinó
la confianza:
se vendió el porvenir, en fe multiplicado...";
"... Y al posarse, esa magia, esa embriagada
ronda
era verdad; por leves papelitos firmados,
las cosas engendraban más cosas con el hombre:
por la palabra, el mundo se volvía infinito."

Pero no dije entonces que esa magia era robo
también, que era un ardid de pirata, embolsándose
parte del juego, haciendo más pobre siempre
al pobre,
hasta en jerga política: "ayuda a los países
en desarrollo", o bien, "empréstito", "inflación",
y también, más sublime y aérea: "orden",
"paz".
Todo el lenguaje está comprado por los amos,
les excusa y esconde, y al robado ignorante
le hace más respetuoso ante el vago sistema.
Oíd hablar al pobre: su palabra se agacha
ante todo lo que es comprar, vender, ganar:
con reverencia alude a esas fuerzas temibles,
como a dioses que no cabe nombrar siquiera:
no se atreve ni a usar como suyo el lenguaje.
José María VALVERDE

jueves, 12 de noviembre de 2009

javier egea: el mensaje del poeta

"Todo discurso literario es un discurso ideológico. Esa ideología sólo puede ser de dos clases: bien la que reproduce las categorías dominantes, manteniéndolas, bien la que produce otras nuevas, penetrando mediante un análisis materialista por las fisuras del sistema normativo. Es evidente que según sea el inconsciente ideológico del poeta así será su compromiso inevitable con la sociedad."
javier egea (de los periódicos, 1987)

miércoles, 11 de noviembre de 2009

JAVIER EGEA: la NOCHE

Vincent Van GOGH La noche estrellada, 1889

"A partir de la noche romántica, sin duda los poetas encuentran en esta el espacio marginal idóneo donde practicar su rebeldía de seres malditos, simple inversión fenomenológica de la norma. Yo accedía a la poesía por esos mismos caminos de la marginalidad rebelde. Ahora es diferente: es claro que no existe ninguna pureza poética a rescatar de una noche también traspasada por la ideología capitalista dominante; ahora, tanto el dragón como la muchacha a quien celosamente custodia tienen el gesto inequívoco de quienes esperan con impaciencia oír la sirena que da por concluida su jornada; a la puerta de la cueva encantada brilla un neón con el horario intensivo para los visitantes."
Javier EGEA (de los periódicos, 1987)

martes, 10 de noviembre de 2009

JAVIER EGEA: TRAYECTORIA POÉTICA

El catedrático de Literatura (y teórico) Juan Carlos RODRÍGUEZ

"He sido y soy un impenitente lector de clásicos de todas las épocas, desde los latinos y griegos hasta un clásico en vida como Rafel Alberti, con quien me une una impagable amistad. En el plano teórico debo mi formación -no demasiado erudita- principalmente a las teorías marxistas desarrolladas por el profesor Juan Carlos Rodríguez sobre todo en su Teoría e historia de la producción ideológica y La Norma literaria, pero bastante posterior al largo proceso de aprendizaje técnico, de estricta práctica poética, que llevé a cabo durante muchos años. Puedo decir sin pudor que de los treinta y cinco años que cumpliré en este mes de abril más de veinte han estado marcados por mi fidelidad a la poesía. [...] Creo que en la tradición está la materia prima que, analizada desde la otra orilla ideológica, ha de producir y está produciendo la poesía futura."

Javier EGEA(de los periódicos 1987)

lunes, 9 de noviembre de 2009

javier egea: el proceso poético


Portada del VIGESIMONOVENO NÚMERO DE poesía REVISTA ILUSTRADA DE INFORMACIÓN POÉTICA Madrid octubre 1987

"Ningún discurso poético es aséptico. Sólo hay dos formas de enfrentar la poesía. Y éstas no son otras que dejar claro desde el discurso poético, que la propia poesía o está con la explotación o está contra ella. Me da igual la técnica que se emplee, la forma o el estilo, sólo que diga lo que tiene que decir y no otra cosa. Que la lógica interna del poema responda a una de las dos posturas anteriores. A partir de ahí huelga todo planteamiento de la poesía como algo comprometido".

Javier EGEA (de los periódicos, 1985)

viernes, 6 de noviembre de 2009

francisco JAVIER EGEA




INEVITABLEMENTE PARCIAL

[Sobre el escritor comprometido

Habría que delimitar dos cosas: el escritor y el compromiso. Habria que decir que ni el escritor en abstracto, ni el compromiso en abstracto son nada. Que tanto el escritor como el compromiso hay que enfocarlos dentro de la práctica ideológica de un momento histórico determinado. ¿Por qué se escribe? ¿Qué es lo que se escribe? ¿Para qué se escribe? ¿Con qué y para qué está comprometido? Lo concreto es que nacen hombres, mujeres, que aprenden un lenguaje que se ha dado en llamar poético y que no están ni por encima, ni por debajo, ni en el centro de la realidad concreta en la que viven y trabajan, sino inevitablemente partícipes de la práctica social, y esa realidad que los traspasa es sólo una: la de la explotación diaria a todos los niveles, de ella nadie se libra. Por eso, todos estamos comprometidos, unos con la explotación, otros contra ella, unos con la muerte, otros con la vida. El verdadero problema (la neurosis,la angustia, el "desencanto", etcétera) estriba en encontrar el lugar que nos corresponde dentro de esa práctica social.

La cultura como derecho en una sociedad hostil

Efectivamente, estamos en una sociedad hostil, hostilidad que viene tan sólo de la misma explotación de la que antes hablábamos y en ella, la "cultura", está inevitablemente considerada como una mercancía más. La "cultura" es siempre un arma de penetración ideológica al servicio de una clase y sus intereses de clase, de ahí su trágica importancia. Por eso solamente cambiando las estructuras (sociales, ideológicas, políticas, económicas) podremos conseguir que "la cultura" deje de ser privilegio de unos pocos pasando a ser patrimonio de todos. Y en este proceso, todo escritor está comprometido, pero con dos vertientes fundamentales: los que sólo pretenden (aún inconscientemente) reformarla, y los que (consciente e inconscientemente) pretendemos transformarla. Sólo entonces podremos quitar a esa manipulada palabra sus trágicas comillas.]...

De entrevista a Francisco Javier Egea en Patria [Granada] por M. L. López Peregrín 14 de diciembre de 1980

ECOS DE SOCIEDAD



Estamos en una época muy extraña. Vivimos conmemorando grandes acontecimientos, grandes hombres, grandes pensamientos [...] No se habla de otra cosa que no sea de derecho de inventario o de evaluación, como si la distancia necesaria para cualquier actividad erudita se resumiera en una vasta contabilidad de cosas y de hombres, o, mejor dicho, de hombres convertidos en cosas.

E. Roudinesco, Filósofos en la tormenta, Buenos Aires, FCE, 2007, pág. 9
K.

LETANÍA



Fedor CHALIAPINE Don Quijote
En poesía Cuatrocientos años de Don Quijote por el mundo
Número cuadragésimo quinto de poesía Revista Ilustrada de Información Poética
Madrid 2005

LETANÍA DE NUESTRO SEÑOR DON QUIJOTE

A [Francisco] Navarro Ledesma

Rey de los hidalgos, señor de los tristes,
que de fuerza alientas y de ensueños vistes,
coronado de áureo yelmo de ilusión;
que nadie ha podido vencer todavía,
por la adarga al brazo, toda fantasía,
y la lanza en ristre, toda corazón.

Noble peregrino de los peregrinos,
que santificaste todos los caminos
con el paso augusto de tu heroicidad,
contra las certezas, contra las conciencias
y contra las leyes y contra las ciencias,
contra la mentira, contra la verdad...

¡Caballero errante de los caballeros,
varón de varones, príncipe de fieros,
par entre los pares, maestro, salud!
¡Salud, porque juzgo que hoy muy poca tienes,
entre los aplausos o entre los desdenes,
y entre las coronas y los parabienes
y las tonterías de la multitud!

¡Tú, para quien pocas fueron las victorias
antiguas y para quien clásicas glorias
serían apenas de ley y razón,
soportas elogios, memorias, discursos,
resistes certámenes, tarjetas, concursos,
y, teniendo a Orfeo, tienes a orfeón!

Escucha, divino Rolando del sueño,
a un enamorado de tu Clavileño,
y cuyo Pegaso relincha hacia ti;
escucha los versos de estas letanías,
hechas con las cosas de todos los días
y con otras que en lo misterioso vi.

¡Ruega por nosotros, hambrientos de vida,
con el alma a tientas, con la fe perdida,
llenos de congojas y faltos de sol,
por advenedizas almas de manga ancha,
que ridiculizan el ser de la Mancha,
el ser generoso y el ser español!

¡Ruega por nosotros, que necesitamos
las mágicas rosas, los sublimes ramos
de laurel Pro nobis ora, gran señor.
¡Tiembla la floresta de laurel del mundo,
y antes que tu hermano vago, Segismundo,
el pálido Hamlet te ofrece una flor!

Ruega generoso, piadoso, orgulloso;
ruega casto, puro, celeste, animoso;
por nos intercede, suplica por nos,
pues casi ya estamos sin savia, sin brote,
sin alma, sin vida, sin luz, sin Quijote,
sin piel y sin alas, sin Sancho y sin Dios.

De tantas tristezas, de dolores tantos
de los superhombres de Nietzsche, de cantos
áfonos, recetas que firma un doctor,
de las epidemias, de horribles blasfemias
de las Academias,
¡líbranos, Señor!

De rudos malsines,
falsos paladines,
y espíritus finos y blandos y ruines,
del hampa que sacia
su canallocracia
con burlar la gloria, la vida, el honor,
del puñal con gracia,
¡líbranos, Señor!

Noble peregrino de los peregrinos,
que santificaste todos los caminos,
con el paso augusto de tu heroicidad,
contra las certezas, contra las conciencias
y contra las leyes y contra las ciencias,
contra la mentira, contra la verdad...

¡Ora por nosotros, señor de los tristes
que de fuerza alientas y de ensueños vistes,
coronado de áureo yelmo de ilusión!
¡que nadie ha podido vencer todavía,
por la adarga al brazo, toda fantasía,
y la lanza en ristre, toda corazón!

Rubén DARÍO Cantos de vida y esperanza

miércoles, 4 de noviembre de 2009

El convidado de piedra



Retrato de grupo con Arcipreste. Repóker de Ases.

JAVIER EGEA: PROPUESTAS (otras)



Dos propuestas escénicas como homenajes poéticos dentro de las actividades culturales en la Fiesta del PCE
Susana Oviedo, Córdoba, 19 de septiembre de 2009

El viernes 18 de septiembre a las 20 y 30 hs, en la carpa de Cultura Rafael Alberti, se presentó TRES ROJOS EN RAYA, homenaje a nuestros camaradas Blas de Otero, (a 30 años de su muerte), Dolores Ibárruri, (a 20 años de su muerte) y Javier Egea, (a 10 años de su muerte). Dos poetas y una dirigente, tres razones para sentir el orgullo de ser comunista. Blas, camarada mayor que padeció la dureza del exilio interior, manteniendo su convicción comunista, expresada también en su obra poética que es referente ético y estético de las nuevas generaciones de poetas, Dolores, dirigente comunista ejemplar, con su compromiso y su presencia poderosa en las luchas del pueblo, y Javier Egea, poeta nacido en Granada en 1952, en plena España fascista, que es el autor de la mejor expresión de la poesía de clase del final de siglo XX según varios autores. El recital, que comenzó con una exposición de Felipe Alcaraz sobre "la otra sentimentalidad" y la poesía de Egea, continuó con lectura de poemas y canciones de Blas de Otero y de Javier Egea interpretadas por José María Alfaya y Susana Oviedo.
El público presente recibió con expectación y cariño el recital, coreando la canción "Me queda la palabra" de Blas de Otero, musicada por Paco Ibáñez. Es de destacar el silencio impuesto a las voces de ambos poetas, porque ni las obras completas de Blas de Otero, ni la antología de Egea han encontrado eco en el mercado editorial, razón de más para difundirlos desde nuestros espacios hacia toda la sociedad.

El sábado 19, se presentó Dolores Ibárruri, recuerdos de amor y lucha. Esta escenificación basada en textos autobiográficos y análisis históricos, apoyada en la proyección de imágenes y sobre una cuidada selección de música y sonidos, plantea un recorrido por la vida de Pasionaria, desde su Gallarta natal hasta su regreso a España en 1977, recogiendo momentos de gran dramatismo y algunos con una pincelada de humor, en la agitada existencia de Dolores. Las voces de Mila Domingo y Susana Oviedo contaban en primera persona los recuerdos y discursos, mientras que José María Alfaya, como narrador, enlazaba los diferentes pasajes y daba la réplica de los personajes masculinos. El entrañable actor, histórico comunista Omar Butler, leyó el poema "Oda española" de Juan Rejano mientras en la pantalla veíamos imágenes de la guerra civil.
El numeroso público, profundamente emocionado, aplaudió de pie la representación. Tampoco escaparon a la emoción actores y técnicos. Conocer y recordar, es tarea militante.

www.lafiestadelpce.es/cronicas.htm -

martes, 3 de noviembre de 2009

HIMNO


Fotografía del libro de Volodia TEITELBOIM: Neruda la biografía Ediciones Meran Madrid 2003

ESPAÑA POBRE POR CULPA DE LOS RICOS

Malditos los que un día
no miraron, malditos ciegos malditos,
los que no adelantaron a la solemne patria
el pan sino las lágrimas, malditos
uniformes manchados y sotanas
de agrios, hediondos perros de cueva y sepultura.
La pobreza era por España
como caballos llenos de humo,
como piedras caídas del
manantial de la desventura,
tierras cereales sin
abrir, bodegas secretas
de azul y estaño, ovarios, puertas, arcos
cerrados, profundidades
que querían parir, todo estaba guardado
por triangulares guardias con escopeta,
por curas de color de triste rata,
por lacayos del rey de inmenso culo,
España dura, país manzanar y pino,
te prohibían tus vagos señores:
A no sembrar, a no parir las minas,
a no montar las vacas, al ensimismamiento
de las tumbas, a visitar cada año
el monumento de Cristóbal el marinero, a relinchar
discursos con macacos venidos de América,
iguales en "posición social" y podredumbre.
No levantéis escuelas, no hagáis crujir la cáscara
terrestre con arados, no llenéis los graneros
de abundancia trigal: rezad, bestias, rezad,
que un dios de culo inmenso como el culo del rey
os espera: "Allí tomaréis sopa, hermanos míos".

Pablo Neruda Tercera residencia [1934-1945]

domingo, 1 de noviembre de 2009

DISCURSO del MÉTODO (otro)


Dylan THOMAS El visitante y otras historias Alfaguara/ Nostromo Madrid 1977 Traducción de Ignacio Alvarez


COMO LLEGAR A SER POETA

Con evidente exceso de confianza, me ha invitado un editor a escribir sobre este asunto.
¡Tantos otros asuntos como podría haberme sugerido!
Los enredos de las escenas de seducción en el teatro Watts-Dunton, Charles Morgan, mi personaje favorito de ficción, Mr. T. S. Eliot y la crisis del dólar, la influencia de Laurel en Hardy y de Hardy en Laurel... Como escribe Fowler en su Diccionario de Uso del Inglés, "Cuántas palabras no se podrían decir de todas esas cosas si tales fueran mis temas de ensayo." Pero, contrariado artesano,volveré a mi tema original.
Ya de entrada, y a modo de nota supuestamente informativa, quiero aclarar que yo no considero la Poesía como Arte ni Oficio, ni como la expresión rítmica y verbal de una necesidad o premura espirituales sino simplemente como el medio para un fin social, siendo dicho fin la consecución de un estado en sociedad lo bastante sólido como para justificar que el poeta tienda a eliminar o se deshaga de ciertos amaneramientos, fundamentales en un primer periodo, en el habla, la indumentaria y la conducta. Para justificar también ingresos económicos que satisfagan sus necesidades más apremiantes, de no haber sido aquél víctima ya del Mal de los Poetas o del Gran Basurero (Londres). Para justificar, en fin, una seguridad permanente ante el temor de tener que seguir escribiendo. No pretendo preguntarme si la poesía es cosa buena en sí misma, pregunta sin respuesta posible, sino tan sólo si puede convertirse en un buen negocio.
Para empezar, presentaré al lector, añadiendo comentarios que acaso vengan a resultar en ocasiones innecesarios, unos cuantos tipos de poetas que se han hecho con cierta autoridad social o financiera.
Primeramente están, aunque no sigamos un orden según la importancia, los poetas funcionarios, a quienes se ha concedido el certificado de "líricos". Dichos poetas pueden a su vez ser subdivididos en dos clases diferentes según su aspecto físico. Hay el poeta delgadito, de aspecto más que imberbe, labios descaradamente sensuales y tan tentadores como un ponedero para una gallina, desprovisto de toda masculinidad, ojos empequeñecidos y enrojecidos por sus lecturas francesas -pues el francés es lengua que no comprende-, instalado en un ático provinciano en su etapa de repelente juventud, la voz como uña de ratón raspando papel de estaño, nariz transparente e incoloro aliento. Y hay también el poeta de gran papada y poblada pelambrera, fumador de pipa y de nariz peluda, de ojos penetrantes donde se refleja toda la sabiduría de Sussex, con el olor de los perros que detesta prendido en sus añadas vestimentas, con la voz de un culto Airedale que ha aprendido a pronunciar las vocales en cursos por correpondencia, y amigo íntimo de Chesterton, a quien nunca llegó a conocer.
Veamos ahora de qué forma ha alcanzado nuestro hombre esa envidiable y actual posición de Poeta que ha hecho rentable la Poesía.
Después de ingresar como funcionario en la Administración a una edad en que muchos de nuestros jóvenes poetas se refugian en la Radio, equivalente del Mar en nuestros días, queda en un principio sepultado bajo montañas de papeles que, en años futuros, ha de despreciar, con mordacidad no exenta de retorcida ironía, en su "En torno a mis carpetas y anaqueles". Transcurridos unos años, empieza a asomarse por entre los archivos y expedientes donde vive su vida ordenadita y ratonil, y aquí picotea una miga de queso y allí una pizca de excrementos, valiéndose de sus pulgares sucios de tinta. Su oído, misteriosamente sensible, reconoce ya familiarmente el susurro de las hojas de los cartapacios. Y aprende muy pronto que un poema en la revista de los funcionarios es, si no un peldaño más, al menos un lametón en la dirección más adecuada. Y entonces escribe un poema. Y un poema, desde luego, sobre la Naturaleza. En él se confiesa el deseo de escapar de la aburrida rutina y de abrazar la nada sofisticada vida del labrador. Desea, pero sin escándalo, despertar con las aves. Manifiesta su opinión de que a su pequeña fuerza más convendría la reja de un arado que la misma pluma que blande. Decoroso panteísta, se identifica con los riachuelos, los monótonos molinos, los rosados cultivos de las lecheras, con las bermejas mejillas de los cazadores de ratas, con los zagales y los puercos, con el bisbiseo de los corrales y con las camuesas. Tienen sus poemas el aroma del campo, la campiña y las flores, el aroma de las axilas de Triptolomeo, de los graneros, henares y hogueras, y, sobre todo, el aroma de maizal. Se publica el poema. Bastará citar un breve estracto lírico de su principio:

The roaring street is hushed!
Hussed, do I say?
The wing of a bird has brushed
Time's codweds away.
Still, still as death, the air
over the grey stones!
And over the grey thoroughfare
I hear -sweet tones!
A blackbird open its bill,
-A blackbird, aye!-
And sing its liquid fill
From the London sky.

(La calle estruendosa ha quedado en silencio/ ¿Silencio, digo?/ El aleteo de un pájaro ha sacudido/ las telarañas del tiempo./ Plácido, plácido cual la muerte, el aire/ sobre las piedras grises/ Y sobre la calle gris/ dulces tonos siento/ Abre su pico un mirlo/ ¡un mirlo. ay!/ y derrama su líquida carga/ desde los cielos de Londres)

Poco después de la publicación, recibe en un pasillo el saludo asentidor de Hotchkiss, de la "Inland Revenue", poeta a su vez de fin de semana, ya acreditado con dos pequeños volúmenes, media pulgada en el "Quién es quién de la Poesía" o en el Calendario Netwolt, casado con una mujer de cuello anguloso y derrotado flequillo, propietario de un coche que siempre le lleva ("le lleva", porque el coche se diría que anda solo) a Sussex -al modo en que el caballo de un reverendo trotaría impensadamente hasta las puertas de una taberna-, y acreditado también con una monografía, aún sin terminar, sobre la influencia de Blunden en la literatura religiosa.
Hotchkiss, en un almuerzo con Sowerby, de la Customs, a su vez figura literaria de cierta importancia que cuenta con una columna semanal en el "Will o' Linclon's Weekly" y que tiene su nombre en el catálogo editorial de Obras Maestras del Club Quincenal (precios reducidos para escritores y descuentos del setenta y cinco por ciento en las obras completas de Mary Webb para Navidad), comenta como al azar: "Sowerby, tiene usted en su departamento a un tipo bastante prometedor. El joven Cribbe. He estado leyendo parte de su "Deseo de la garza"...
Y el nombre de Cribbe corre ya por los más fétidos círculos literarios.
A continuación se le pide su contribución, con un pequeño conjunto de poemas, para la antología de Hotchkyss, "Gaitas nuevas" que Sowerby elogia -"un extraño don para la frase inolvidable"- en su "Will o' Lincoln's". Cribbe envía copias de la antología, firmadas todas ellas laboriosamente: "Al más grande poeta de Inglaterra, en homenaje", dedicatoria repetida para los veinte poetas más insoportables del país. Alguno de estos delicados presentes reciben la correspondiente respuesta agradecida. Sir Tom Knight, interrumpiendo breve y aturdidamente sus momentos de contemplación y retiro en un inolvidable y único fin de semana, encuentra un momento para mandarle unos garabatos escritos de su mano en un papel timbrado con blasones. "Apreciado señor Cribbe", escribe Sir Tom, "en mucho estimo su pequeño homenaje. Su poema "Nocturno de los lirios" puede compararse a cualquier Shanks. Siga, siga. Hay lugar para usted en este Olimpo". Y aunque el poema de Cribbe no sea en realidad el "Nocturno de los lirios", sino "Al escuchar a Delius en el cementerio", la cosa no le molesta y archiva la carta después de quitarle de un soplido la caspa que traía, y siente enseguida la quemazón de reunir todos sus poemas para hacer con ellos, ¡misericordia!, un libro. "El huso y el jilguero", dedicado a Clem Sowerby, jardinero de verdes dedos en el Jardín de las Hespéridas".
Aparece el libro. Se da cuenta de él, favorablemente, en Middlesex. Y Sowerby demasiado molesto como para hacer la reseña después de dedicatoria tan gratificante, le reseña, eso sí, con nombre supuesto: "Este joven poeta", escribe "no es, afortunadamente, tan modernista como para rendir reverencia a la iluminadora fuente de su inspiración. Cribbe llegará lejos".
Y Cribbe va en busca de sus editores. Se le extiende un contrato: Stich & Time se comprometen a publicar su próximo libro a condición de hacerse con la opción de los derechos de sus próximas nueve novelas. Cribbe se aviene también a leer ocasionalmente manuscritos que le envíe la editorial, y vuelve a casa provisto de un paquete que contiene un libro sobre "El desarrollo del movimiento oxoniense en Finlandia" de un tal Costwold Major, tres tragedias en verso blanco que tienen a María Estuardo por protagonista, y una novela que lleva por título "Mañana, Jennifer".
Hasta ese contrato, nunca había pensado Cribbe en escribir una novela. Pero sin desanimarse ante el hecho de no saber distinguir a la gente -el mundo es para él una amorfa masa indiferenciada, con la excepción de algunas celebridades y de sus jefes en el departamento- pues nada de lo que pueda decir o hacer la gente le interesa si no se relaciona con su carrera literaria-, no desanimándole tampoco lo limitado de su invención, comparable a la de una ardilla o una rueda de molino, se sienta en una silla, se remanga la camisa, se afloja el cuello, aprieta bien la pipa y se pone a estudiar fervorosamente la mejor manera de alcanzar un éxito comercial sin tener talento alguno. Pronto llega a la conclusión de que las ventas rápidas y las famas efímeras sólo llegan de la mano de novelas fuertes con títulos como "Dispuesto a todo" o "Los dados de la muerte", de novelas proletarias que tratan de la conversión al materialismo dialéctico de chicos de la calle, con títulos del tipo de "Lluvia roja para tí, Alf", o de novelas como "Melodía de Jauja", con un oscuro protagonista ligeramenmte cojo llamado Dirk Conway y la historia de su amor con dos mujeres, la lasciva Úrsula Mountclare y la pequeña y tímida Fay Waters. Y enseguida descubre, en las orgullosas revistas de circulación mensual, que las ventas menos importantes resultarán de novelas como "El zodiaco interior", de G. H. O. Bidet, despiadado análisis de los conflictos ideológicos que surgen entre Philip Armour, físico impotente de fama internacional, Tristram Wolf, escultor bisexual, y la virginal, exótica y dinámica esposa de Philip, Titania, profesora de Economía de los Balcanes, y estudio como de personajes tan altamente sensibilizados -con el perfume de la era post-sartriana- se relacionan mientras comparten un trabajo por el bien de la Existencia, en una clínica de la Unesco.
Nada de bobadas. Cribbe comprende, poco después de iniciar una exploración con teodolito y máscara antigás por las más densas páginas de Foyle, que lo que hay que escribir es una novela que se venda con facilidad y sin sensacionalimo en provincias y capitales y que trate, casualmente, del nacimiento, educación, vaivenes económicos, matrimonios, separaciones y muertes de cinco generaciones de una familia algodonera del Lancashire. Esta novela, advierte enseguida, debe tener la forma de una trilogía y cada una de sus partes ha de llevar un título eficaz y frío, algo así como "La urdimbre", "La trama" y "El camino". Y se pone a trabajar. De las reseñas de la primera novela de Cribbe, pueden seleccionarse párrafos así: "Una caracterizacióm excelente unida a una perfecta habilidad narrativa", "Una historia llena de acontecimientos", "el lector llega a conocer a George Steadiman, a su esposa Muriel, al viejo Tobías Matlock (personaje delicioso) y a todos los habitantes de la Casa Loom como si se tratara de miembros de la propia familia", "la austeridad de los Northcotes se apodera del lector", "tan inglesa como la lluvia de Mnnchester", "Cribbe es un autético monstruo", "Un relato con la clase de Phyllis Bottone". A partir del éxito, Cribbe se asocia a un club de escritores y se convierte en solicitado conferenciante, y llega incluso a hacer con regularidad críticas en las revistas (-"El resplandor de la prosa"-) elogiando una de cada dos novelas que se le envían e invitando a cenar al Club Serile, en el que ha sido aceptado recientemente, a uno de cada tres escritores jóvenes que conoce.
Cuando por fin aparece la trilogía completa, Cribbe sube como la espuma, pasa a formar parte del comité del Club de escritores, asiste a los funerales que se celebran en honor de los hombres de letras muertos en el transcurso de los últimos cincuenta años, rompe su viejo contrato, saca una nueva novela que es seleccionada por un Club de lectores para su oferta mensual, y se le ofrece, en la casa Stytch & Times, un puesto de "consejero" que acepta, abandona la Administración, se compra una casa de campo en los alrededores de Londres ("¿No te parece increible que esté sólo a treinta millas de Londres? Mira, un somorgujo crestado". Y pasa volando un estornino) y... una secretaria con la que acaba casándose por sus dotes táctiles. ¿Poesía?. Acaso de vez en cuando un soneto para el "Sunday Times". Ocasionalmente un librito de versos ("Fue mi primer amor, sabes") Pero ya no le preocupa más, por más que fuera ella quien le condujera hasta donde ahora se encuentra. ¡Lo ha conseguido!

Y ahora, vengamos a contemplar por un momento otra clase de poeta, muy diferente, a quien llamaremos Cedric -cosa que le haría feliz y por la que no llamaría jamás a un policía de no ser el sargento terrible y siniestro de Mecklenburg Square, que parece un Greco-, debe nacerse en la sordidez de la clase media o debe asistirse a una de las escuelas propias de esa clase (escuela que, claro está, debe odiarse pues resulta ser un inmcomprendido desde el comienzo), y llegar a la universidad con una reputación sólida ya de futuro poeta y a ser posible, con un aspecto, que oscile entre el de oficial de la Guardia y el de querida de un fotógrafo de sociedad. Se me puede preguntar ahora que cómo es posible llegar con esa reputación ya firme de "poeta digno de observación". (La observación de poetas va camino de ser tan popular como la observación de pájaros). Y parece razonable suponer que llegará el día en que el estado se decida a comprar las oficinas de "El Poetastro" para convertirlas en parque nacional). Pues bien, dicha pregunta escapa a los límites de estas más que elementales notas mías, y es que, además, debe asumirse que todo aquel que opta por abrazar la carrera poética sabe perfectamente como jugar esa baza en caso necesario. Ha de cumplirse también que el tutor universitario de Cedric resulte ser íntimo amigo del director de su antiguo colegio. En fin, ya tenemos ahí a Cedric, comocido por unas cuantas mentes privilegiadas en gracia a sus sensibles poemas de ramas doradas, frondas preciosas, ambrosía del primer beso discreto en las cavernas lunares (uno de los roperos del colegio), en los umbrales de la fama y el mundo rendido a sus pies como una fila de bailarinas genuflexas.
Si la acción transcurriera en los años veinte, el primer libro de poemas de Cedric, publicado mientras estudiaba todavía en la universidad, podría muy bien titularse "Laúdes y áspides". Tendría la nostalgia de una vida que nunca existió. Expresaría un hastío existencial. (Vio en cierta ocasión el mundo por la ventanilla de un tren y le pareció irreal). Sería una mezcla discretamente chillona, un pastel astutamente evocativo elaborado con ciruelas arrancadas del árbol de los Sitwells y compañía, un invernáculo dulcemente cacofónico de exótica horticultura y curiosidades cómico-eróticas, de donde he extraído estas líneas típicas:

A cornucopia of phalluses
Cascade on the vermilion palaces
In arabesques and syrup rigadoons.
Quince-breasted Cirques of the zenanas
Do catch this rain of cherry-wigged bananas
And saraband beneath the raspberry moons.

(Una cornucopia de falos/ se derrama torrencial sobre bermellones palacios/ en arabescos y almibarinos rigodones./Circes de amembrillados pechos de los serrallos/ se apoderan de este diluvio de plátanos de tonos cereza/ y danza la zarabanda bajo lunas frambuesa)

Y tras una trifulca con las autoridades académicas, se pierde en los "Registros nostálgicos", y ya es todo un hombre.
Si la acción ocurriera durante los treinta, el libro podría llamarse "Paros, Yo te aviso", y podría ofrecer dos tipos de versos. Bien un verso largo, lánguido y descuidado en el ritmo, abruptamente quebrado y con imágenes de conciencia social.

After the incessant means-test of conspiratorial winter
Scrutinizing the tragic history of eacg robbed branch,
Look! the triunphant bourgeoning!
spring gay as a workers' procession
To the newly opened gymnasium!
Look! the full employment of the blossoms!

(Tras la inspección constante del conspiratorio invierno/ excrutador de la trágica historia de cada rama robada/ ¡Ved el retoñar triunfante, la primavera feliz cual procesión de obreros/ hasta el gimnasio recién abierto!/ ¡Ved el plemo empleo de la flor!)

O bien una composición atrevida atestada de lenguaje callejero y coloquial, con retazos de canciones, algo de la música rítmica de Kipling y cierta recargada tristeza.

We're sitting pretty
In the appalling city-
I know where we're going
I dont't know where from but
Take in from me, boy,
We're sitting on a big black bomb.

(¡Qué bien estamos/ en la espantosa ciudad/ Sé adónde vamos pero no sé de dónde venimos/ Vente conmigo, amigo/ sólo te quiero a ti, amigo/ estamos encima de una gran bomba negra)

¡Conciencia social! Ese es el lema. Y mientras se toma un café, confiesa que quiere pasarse unas largas vacaciones en "un sitio vivo de verdad" ("Adrián es la única persona que sabe hacer café en esta isla brutal", "Oye, Rodney, ¿dónde compras estos deliciosos pastelitos de color rosa?". "Es un secreto". "Venga, díme dónde. Y te digo yo como se prepara esa receta que el coronel de Basil se trajo de Ceilán, sólo lleva tres libras de mantequilla y una cáscara de mango"). "Sí, un sitio autenticamente vivo. O sea, vivo, ¿no? Como el valle de Rhondda o así. O sea, es que a mí aquello de verdad que me atrae, o sea, que te quedas allí como sin hacer nada, ¿no? ¡Libros, libros! Lo que importa es la gente. O sea, hay que conocer a los mineros". Y se marcha con Reggie a pasar unas vacaciones en Bonn. A lo cual ha de seguir un librito de escritos político-viajeros que le convierten ya en promesa que años más tarde pasa a consagrarse y llega a desempeñar el puesto de secretario literario de la CIAM (Consejo Internacional de las Artes del Mañana).
Si Cedric escribiera en los años cuarenta, lo más probable es que se sintiera atrapado y sin salida en una especie de apocalíptico rebozo, y que su primer libro se titulase "Macrocosmo de lágrimas" o "Heliogábalo en Pentecostés". Cedric puede entonces mezclar sus metáforas y tópicos como fangoso engrudo y empapar los símbolos de que se sirve con rancia leche de burra para que así gane el conjunto en viscosa verborrea.
Después Londres y las reseñas. Reseñas, claro está, de obras de otros poetas. Es tarea sencilla si se hace mal y aunque al principio no lo parezca, acaba por resultar siempre muy gananciosa. El vocabulario que un autor conscientemente deshonesto, de reseñas de poesía contemporánea debe de aprender, es muy limitado.
Corriente, en primer lugar, y luego, impacto, efecto, conciencia, zeitgeist, esfera de influencia, Audeniano, último Yeats, periodo de transición, constructivismo, ingeniosamente salpicado, contribución, interminable, la dramática y breve despedida de toda la obra de un poeta adulto y responsable. Hay unas cuantas reglas fundamentales que deben ser observadas: cuando se escribe una reseña, de por ejemplo, dos libros de versos absolutamente distintos, póngase el uno frente al otro como si se hubieran escrito los dos para un mismo concurso. He aquí una ilustración del mecanismo tan valioso y tan evitador de innecesarios derroches: "Tras los comentarios poéticos del Sr. A, tan sutiles y bien trenzados que se dirían epigramas, la narrativa heroica, prolija y sonora del Sr. B adquiere una resonancia extrañamente hueca si consideramos la riqueza de sus textos y la vibrante orquestación de los mismos". Hay que decidirse con sumo cuidado a admirar apasionadamente a un poeta determinado, guste su poesía o no. Todo se va a cargar a su cuenta, se le va a convertir en un segundo yo, va a ser patentado, se va a llegar con él hasta la tumba. Su nombre ha de citarse gratuitamente en todas las reseñas. "E. es, por desgracia, un poeta excesivamente dado al rosicler (y no como Hector Whistle)" "Al leer la admirable, si bien en ocasiones pedestre, traducción de D., echamos de menos ese templado ardor y esa consumada capacidad de Hector Whistle". Téngase cuidado con la elección del poeta, no vaya uno a convertirse en cazador furtivo. Se impone la siguiente pregunta previa: "¿Es Hector Whistle pichón de otra escopeta?
Leanse todas las demás reseñas de los libros que se han de reseñar antes de pronunciarse sobre ellos una sola palabra. Citénse fragmentos de poemas sólo en caso de urgencia, pues una reseña debe siempre versar sobre quien la hace y nunca sobre el poeta. Cuidado con censurar a un mal poeta rico, a no ser que se trate de uno notoriamente malo, ya difunto o exilado en América, pues no se suele tardar en acceder desde las reseñas poéticas a la dirección de quien sabe qué revista, y muy bien pudiera suceder que ese mismo mal poeta rico fuera su mecenas.
Volviendo a Cedric, supongamos que, como resultado de una comparación por él establecida entre la poesía de un joven adinerado y la poesía de Auden -en detrimento de éste-, se ha hecho con la dirección de una nueva publicación literaria. (También puede haberse hecho con una nueva vivienda. En caso contrario, debiera insistir en que la nueva publicación necesita locales más cómodos, y trasladar su sede a ellos.) El primer problema con que Cedric se enfrenta es el de cómo llamarla. No es tarea fácil, ya que la mayoría de los nombres desprovistos de significación -elemento esencial para el éxito del nuevo proyecto- han sido agotados ya. Horizonte, Polémica, Vendimia, Carabela, Semilla, Transición, Nuevo reíno, Foco, Panorama, Acento, Apocalipsis, Arena, Circo, Cronos, Avisos, Viento y Lluvia. Si, en efecto, ya han sido usados todos. Pero la mente de Cedric se devana incesantemente. Vacío, Volcán, Limbo, La piedra miliar, Necesidad, Erupción, Utero, Sismógrafo, Vulcano, Cognición, Cisma, Datos, Fuego... y al fin, Claroscuro, ya está. Lo demás es muy sencillo: simplemente editar.
Vayamos ahora muy someramente con otros métodos para convertir la poesía en empresa de alto rendimiento.
El Desmadre provinciano o el sistema de Viva-Rimbaud-y-a-por-ellos. Yo francamente no lo recomiendo mucho pues son necesarias determinadas condiciones. Antes de aparecer avasalladoramente en un centro de actividad literaria -o sea el bar adecuado, en los primeros años,las casas adecuadas después, y finalmente los clubs adecuados- ha de tenerse detrás un cuerpo (la cabeza no es preciso) de versos feroces e incomprensibles. (Como ya he dicho antes, no es mi empeño describir cómo se logran estos éxtasis gauchistas y verbosos. Hart Crane descubrió un buen día que escuchar borracho a Sibelius le hacía ponerse a escribir hasta ya no poder más. Un amigo mío que ha padecido violentas jaquecas desde los ocho años, encuentra tan sencillo escribir así que tiene que hacerse nudos en el pañuelo para acordarse de que hay que parar de vez en cuando. Hay muchos métodos y siempre hay un camino si existe el deseo de un ligero delirio.) En fin, este poeta necesita estar en posesión de la constitución y la sed de un caballo que sólo se alimentara de sal, el pellejo de un hipopótamo, ilimitada energía, prodigioso engreimiento, falta absoluta de escrúpulos y -más importante que nada, nunca estará de más insistir sobre este punto- una casa lejos de la capital adonde regresar cuando se deprima.

Me temo que tendré que pasar por alto otros tipos de mi clasificación.
Del poeta que tan sólo escribe porque quiere escribir, a quien publicar o dejar de publicar no le preocupa en absoluto, y que puede enfrentarse tranquilamente con la pobreza y el anonimato, de ése pocas cosas de valor puedo decir. Este no es un hombre de negocios. La posteridad no es rentable.


Anotemos también otra clase de poesía, altamente no recomendada:
Poemas para tarjetas de felicitación:amplio mercado, ganancias mínimas.
Poemas para las cajas de galletas: muy variable.
Poemas para niños: pueden acabar con el autor y con los niños.
Necrológicas en verso: es difícil competir con los valores tradicionales.
Poesía como forma de chantaje (por aburrimiento): peligroso. La víctima puede contraatacar con la lectura de su tragedia completa, "El termo", sobre la vida de san Bernardo.
Y finalmente: Poemas en las paredes de los retretes. La compensación es puramente psicológica.
Muchas gracias.

Dylan THOMAS Cómo llegar ser poeta 1950

that is THE QUESTION



Las personas que no han estudiado LA CUESTIÓN se exponen a dejarse inducir a error...


Lord Raglan, El tabú del incesto [cita ante el capítulo 1 de El otoño en Pekín de Boris Vian Tusquets Barcelona 1987]

TERAPIA DE URGENCIA PARA SEGUIR ADELANTE

[...]No sé, me parece que de un tiempo a esta parte hay por el mundo demasiados negociantes de aniversarios y efemérides, mercaderes que intentan traficar con el humo de una primera piedra, real o imaginaria. Detrás de cada conmemoración, homenaje o aniversario, aparecen simplezas y codazos, vanidades. [...] Los humanos somos así: por un rato de gloria daríamos lo que fuera. [...]

José Carlos ROSALES Paso de cebra Internet cumple años [Granada Hoy, 1.XI.09]

Pues sí señor...