No hace mucho experimenté en un ATENEO la sensación de que el conferenciante había elegido un tema que le era absolutamente desconocido y por tanto no conseguía interesarme tanto como hubiera sido de esperar. Hablaba de cosas de las que no estaba convencido y sus argumentos eran débiles y simples. Además no había un pensamiento central o centralizador a lo largo de la conferencia...
Henry David Thoreau (1817-1862) Desobediencia civil y otros escritos, pág. 9
k.
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