jueves, 14 de enero de 2010

CAMINAR


WALKING AROUND

Sucede que me canso de ser hombre.

Sucede que entro en las sastrerías y en los cines

Marchito, impenetrable, como un cisne de fieltro

Navegando en un agua de origen y ceniza.

El olor de las peluquerías me hace llorar a gritos.

Sólo quiero un descanso de piedras o de lana,

Sólo quiero no ver establecimientos ni jardines,

Ni mercaderías, ni anteojos, ni ascensores.

Sucede que me canso de mis pies y mis uñas

Y mi pelo y mi sombra.

Sucede que me canso de ser hombre.

Sin embargo sería delicioso

Asustar a un notario con un lirio cortado

O dar muerte a una monja con un golpe de oreja.

Sería bello

Ir por las calles con un cuchillo verde

Y dando gritos hasta morir de frío.

No quiero seguir siendo raíz en las tinieblas,

Vacilante, extendido, tiritando de sueño,

Hacia abajo, en las tapias mojadas de la tierra,

Absorbiendo y pensando, comiendo cada día.

No quiero para mí tantas desgracias.

No quiero continuar de raíz y de tumba,

De subterráneo solo, de bodega con muertos,

Aterido, muriéndome de pena.

Por eso el día lunes arde como el petróleo

Cuando me ve llegar con mi cara de cárcel,

Y aúlla en su transcurso como una rueda herida,

Y da pasos de sangre caliente hacia la noche.

Y me empuja a ciertos rincones, a ciertas casas húmedas,

A hospitales donde los huesos salen por la ventana,

A ciertas zapaterías con olor a vinagre,

A calles espantosas como grietas.

Hay pájaros de color de azufre y horribles intestinos

Colgando de las puertas de las casas que odio,

Hay dentaduras olvidadas en una cafetera,

Hay espejos

Que debieran haber llorado de vergüenza y espanto,

Hay paraguas en todas partes, y venenos, y ombligos.

Yo paseo con calma, con ojos, con zapatos,

Con furia, con olvido,

Paso, cruzo oficinas y tiendas de ortopedia,

Y patios donde hay ropas colgadas de un alambre:

Calzoncillos, toallas y camisas que lloran

Lentas lágrimas sucias.

Pablo NERUDA


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