

enfermedad...
ELLOS
ANDAN por los cafés.
Ellos.
Tienen la risa exacta que les ordena el tiempo.
En el ojo mortal de la chaqueta antigua
un sangriento clavel como recuerdo.
Es tan claro el arquero de los años pasados
que, entre dardos de duelo,
se les vuelve diana el corazón.
Como recuerdo.
Perfecto tiro al blanco para un blanco perfecto.
Perfecto dardo el cardo del recuerdo.
Siempre recién salidos de la casa,
andan por los cafés
y hablan del amor
como el que nunca supo de qué hablar.
Yo espero cada noche
que un lirio hermoso y joven
les destroce la lengua.
Fco. Javier Egea A boca de parir
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