domingo, 29 de junio de 2008

SOLEDADES

Juan Antonio Hernández García Sobre las soledades de Javier Egea Sonetos del diente de oro

Pero está bien así:
¿No es peor destino
ser el Poeta Nacional
a quien saludan todos en la calle?
José Emilio Pacheco

1.- Se ha constituido en un topos reiterativo el establecer como una de las claves básicas de la escritura de Javier Egea la noción de soledad; y calificamos así al término ya que la práctica totalidad de análisis sobre su obra se articula sobre unos presupuestos desde el psicologismo explicativo o desde el biografismo anecdótico (1), que han dado lugar a una serie de lecturas erróneas, eternistas, ahistóricas e idealistas (2).
Para romper ese círculo biografista (que arrastra una serie de cadenas mitólogicas) considero necesario establecer dos hipótesis previas: A) sólo anclando el proyecto poético de Javier Egea en su determinada coyuntura histórica, política e ideológica podemos iniciar un estudio radical de ésta, la historia individual no existe; y B) sólo destruyendo la falsa lógica de la creencia de Javier Egea en el poder del poeta podemos desembocar en la plenitud de su escritura: la creencia en la potencia de la poesía como arma ideológico-política; la subjetividad poética es un constructo.
De ahí que, en los años previos a la producción de este libro, su escritura poética sufriera una serie de quiebras, tal como atisbó, para el núcleo de "la otra sentimentalidad", A. Soria Olmedo: "Otra cosa es que cada uno de los tres firmantes del texto de 1983 haya seguido una trayectoria propia y haya mantenido una relación específica con el clima de la primera mitad de la década: a Javier Egea, la defensa del carácter rupturista y revolucionario del proyecto le provocó el silencio en los últimos años, Álvaro Salvador siguió abierto a su simpatía por la vanguardia y ha mostrado su desacuerdo con que los presupuestos originales de `la otra sentimentalidad´ se diluyan en propuestas más amplias, como en su opinión ha hecho Luis García Montero. Este último, en efecto [...] ha ido reajustando sus poéticas en prueba de coherencia interna(3)".
Efectivamente, el nuevo ciclo del capitalismo, el de "los felices años 90", produce nuevas fórmulas de gestión, explotación y producción de subjetividades (4). Formas y fórmulas que se aplicarán a la producción de la reproducción ideológica en el espacio literario, y más concretamente en el poético con la transformación de sus "circuitos de consagración" (5) (P. Bourdieu): modos y centros de publicación y producción poética, premios, instituciones públicas, publicaciones periódicas, etc. que, en un duelo ensordecedor, dará lugar a una nueva línea hegemónica, no generacional, ideológica, catalogada por Á. Salvador de "poesía en la socialdemocracia" inserta en/por "la recepción de esos `discursos poéticos normalizados´, que se han abierto paso en los últimos quince años hasta convertirse en `norma´hegemónica, tiene mucho que ver con la aparición de ciertos grupos sociales emergentes, nuevas clases medias consolidadas al amparo de la política socialista, que han demandado la producción y el consumo de una cultura, así mismo, `media´, digerible,..."(6).
En esta línea, que conlleva la expulsión del/por el mercado literario del discurso establecido frente a la norma dominante y el silencio sobre su producción, se situarían dos afirmaciones básicas para continuar el análisis de la última escritura de Javier Egea y acercarnos a un estudio no esencialista de su soledad, que a continuación transcribimos: "No es que no tuviera nada que decir. Es que la famosa República literaria ya no admitía ninguna poesía pública que no fuera la banalidad (técnica y lingüística) de aquel subjetivismo pequeño-burgués que él había abandonado en sus comienzos" (J. C. Rodríguez) y "La imposibilidad de seguir diciendo ante la norma poética instituida, los callejones sin salida a los que abocaba continuar instalado en la ruptura" (M. A. García)(7).
Porque: la soledad no se articula sólo subjetiva, individual; sino -y es lo que aquí hemos intentado señalar vagamente- más aún: de una producción poética y de un proyecto vital que se constituyen en una coyuntura concreta y en una formación determinada dentro de unas relaciones ideológicas de poder y explotación (8).

"Los hombres de negocios leen más a fondo que los bibliófilos. Conocen muy bien los inconvenientes que pueden surgir de una lectura apresurada"
Bertolt Brecht

2.- Y, sin embargo, su "silencio" público será el retorno a las formas métricas y a su maestría técnica de su primera publicación (Serena luz del viento), pero con una escritura que acumula el arrastre de todas las rupturas y giros que en sus diversos libros se han ido sucediendo y una práctica ajena a los ejercicios de autocomplacencia que se generalizan, en el mercado poético, en el tiempo de su escritura (años 1992 a 1994) (9).
Con unos sonetos que, manteniendo una estructura normativa (en alejandrinos, y con rimas abrazadas en los cuarteros [1 a 8: ABBA ABBA / 9 y 10: ABBA CDDC] y un mayor número de variantes en los tercetos [1 a 6 y 8: CDE CDE / 7: CCD EED / 9 y 10: EFG EFG]); en cambio se estructuran en torno a una continuidad de encabalgamientos que, junto a pausas bruscas mediante la puntuación, dan el tono "narrativo" al conjunto; y, a su vez, esta linealidad se contrapone, en alguno de los sonetos, con dicotomías, mediante un ejercicio de extrañamiento, a través de los hemistiquios del verso. La suma de estos recursos dará lugar a una mantenida tensión entre forma/contenido que ejerce como material básico para lo onírico.
La estructura del conjunto, si aceptamos la hipótesis inicial del autor (veáse el cuaderno de trabajo) (10), se realiza mediante "una especie de poema alegórico" [4.7.92], pero mediante una formación alegórica (personajes/nombres/sombras) en hueco (11) articulada en torno a imágenes y símbolos oníricos acumulados en forma de "puzzle" [10.8.93] o "montaje (W. Benjamín), de ahí la multiplicación de los sentidos y lo difuso de los significados ["dispersión organizada", 4..7.92].
Una acumulación onírica, en esa formación alegórica de conjunto, como búsqueda e intento de desvelar la significancia social de la producción de las relaciones sociales con una serie de signos básicos: a) la indecisión para elegir el título del conjunto de sonetos [27.7 a 31.7.92: argumentales/negros/del sueño/del diente de oro] b) la dialéctica oscuridad/Oscuridad que destruye cualquier posibilidad de identificación de la "noche" ("de verano") con lo místico o lo vampírico, y sí con lo oscuro del caos de la mercancía (lo otro); c) la intriga como motor de desarrollo de la narración y producida como efecto histórico; y d) la "luz intermitente" que "oscila", "brilla" y "destella":

y le pone delante de los ojos la oscura
soledad del espejo que guarda en la manga.

Y con una anotación impecable e implacable [27.7.94], en la que se evidencia y reduplica, sobre el trabajo terminado, la relación consciente/inconsciente en el interior mismo de la dialéctica otredad/no-otredad (J. C. Rodríguez) en la que se articula la imposibilidad de la búsqueda y encuentro del yo en el otro, de la imposibilidad de lo colectivo (12), en tanto fundamento del deseo no- realizado, de la explotación cotidiana y de la soledad de la mercancía (del sujeto), en tanto matriz de este poemario sin límite. O ese mismo cruce de lo consciente con el fulgor que deslumbra, en el primer cuarteto del soneto 8, y la denuncia de ese falso dilema del azar (vital) y la necesidad (histórica):

Al fin todos se fueron. Encima de la mesa
los restos de una timba de siglos invernales,
de noches sin piedad. Cuatro cartas iguales
aún brillan en las manos de la joven princesa

y 3.- Para finalizar nos aproximaremos a esta tercera soledad que acompaña, en extraña lógica, a las dos anteriores (la coyuntural y la escritural), y que podríamos calificar de la soledad de lo invisible. Y es que los hechos son testarudos, situados como estamos, en el juego de hacer poetas (y no versos): el nombre en el mercado. Puesto que lo que a continuación se relata es sólo un síntoma más.
El "periódico independiente de la mañana" (El Páis) (13) unos cinco meses antes de la publicación de este libro, Sonetos del diente de oro, consideró oportuno y de interés para sus lectores dar noticia de la existencia de "El libro desconocido de Javier Egea" [El País. Andalucía, 12 diciembre 2005, pág. 11] a página completa, aunque con un contenido errático en su exposición y contradictorio en su argumentación. Bien, perfecto hasta aquí.
A continuación, en abril de 2006, al fin se publica el libro que nos cita y, por arte de birlibirloque, ya no es de ningún interés, según el criterio del periódico o de sus corresponsales en Granada, dar noticia de esta, sí, publicación de un libro "desconocido" e "inédito" de Javier Egea.
Mediante esta secuencia, de nuevo, nos encontramos con una de las variantes de la producción de desconocimiento al establecerse como eje de la noticia la dialéctica visible/invisible (que da lugar al oscurecimiento y puesta en desvalor a la obra poética de Javier Egea); y tal como señaló L. Althusser de modo acertado:
"Una relación invisible es necesaria entre el campo de lo visible y el campo de lo invisible, una relación que define la necesidad del campo oscuro de lo invisible, necesario, en efecto, para la estructura del campo visible".

Notas

1 Cf. como modelo de este tipo de análisis el falseador y rencoroso artículo de Benjamín Prado, "Todo lo que digo cuando digo Javier Egea", en Egea, Javier, Contra la soledad, Barcelona: DVD Eds., 2002, pág. 150-152.
2 Cf. Díaz de Castro, F. (ed.), La otra sentimentalidad. Estudio y Antología, Sevilla: Fund. J. M. Lara, 2003. Frente a esto vid. García Jaramillo, J., Javier Egea la búsqueda de una poesía materialista, Granada: Asociación I&CILE, 2005, y la reseña a este libro por M. Ángel García (Quimera, 269-270 [abril 2006]: 110-112).
3 Cf. Soria Olmedo, A., Literarura en Granada (1898-1998). II. Poesía, Granada: Diputación Provincial 2000, pág. 125. Indudablemente el texto citado plantea más interrogantes que respuestas, ya que la utilización de términos es demasiado lábil, como por ejemplo: "silencio", "diluyan" o "reajustando".
4 Cfr. Eagleton, T., Las ilusiones del posmodernismo, Buenos Aires: Paidós, 1997; Norris, C., Teoría acrítica, Madrid: Ed. Cátedra, 1997 y Negri, T., Fin de siglo, Barcelona, Paidós, 1992.
5 Vid. Pueyo Dolader, O., "La crítica de la recepción: la poesía de la experiencia", Riff-Raff, 30 (invierno 2006): 7-21.
6 Cf. Salvador, Á., Letra pequeña, Granada, Cuadernos del vigía, 2003, pp. 227-228. Puede consultarse también: Colectivo Alicia bajo cero, Poesía y poder, Valencia,: Eds. Bajo Cero/UEPV, 1996.
7 Cf. Rodríguez, J. C., "El hombre que no quiso ser jueves", Ideal, 1 agosto 1999; ahora recogido en Peregrina, E. (ed.) Por eso fui cazador (A la memoria de Javier Egea), Granada, Diputación Provincial, 2004, pp. 17-20; y M. Á. García, art. cit., p. 111. Esta última imagen espacial arrastra, al menos, una pregunta: ¿se trataría de "callejones sin salida" o de calles de dirección única?.
8 Cfr. Althusser, L., Solitude de Machiavel et autres textes, París:PUF, 1983, y Zizek, A propósito de Lenín. Política y subjetividad en el capitalismo tardío, Buenos Aires: Atuel, 2004.
9 CF. García Jaramillo, J., op. cit., pp. 73-85, y las referencias bibliográficas ahí citadas.
10 Vid. la edición de estos Sonetos realizada por J. A. Fortes (Granada: I&CILE/loslibrosde octubre, 2006- 160 págs.), y especialmente las "Notas a la edición para una historia textual de estos", pp. XXIII-XXVII. La trascripción del Cuaderno de trabajo, realizada por Pío Alcántara, ocupa las pp. 89-126.
11 Para la "alegoría" cf. Rodríguez, J. C., Lorca y el sentido, Madrid: Ed. Akal, 1994 [pp. 85-97]; Bürguer, P., Teoría de la vanguardia, Barcelona: Eds. Península, 1997 [pp. 130-149], y Benjamín, W., Obras. Libro I/Vol. 1, Madrid: Abada Eds., 2006 [375-436].
12 Cf. Althusser, L., Escritos sobre psicoanálisis. Freud y Lacan, México DF: siglo XXI Eds., 1996.
13 Para un acercamiento a este periódico, junto con otros estudios de G. Imbert, etc., puede leerse con provecho: Vélez, Julio, La poesía española según "Èl País´(1978-1983), Madrid: Ed. Orígenes, 1984, y García Viñó, M., El País: la cultura como negocio, Tafalla: Txalaparta, 2006.
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Extraído de el fingidor Universidad de Granada nº 29-30 julio-diciembre 2006 pp. (42-44)


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