viernes, 27 de junio de 2008

LEGADO

El legado de Javier Egea Puntualizaciones

La obra de Javier Egea, sin duda, es patrimonio de la humanidad. El legado de Javier Egea, sin embargo, es responsabilidad de quienes, por ley, lo administran. En efecto, y tal como se ha dado a conocer en otros diarios en estos momentos la obra de Javier Egea no es responsabilidad de los familiares de Javier Egea. Ellos, con derecho legítimo, intentaron vía judicial hacerse portadores de dicha responsabilidad, dado que el propio Javier Egea expresó (en testamento hológrafo) su determinación de que obra y bienes materiales fuesen heredados por su compañera sentimental, facilitando nombre, apellidos y apodo, para más señas. Logicamente, esta persona ejerció su derecho, también legítimo, de luchar para hacer cumplir el deseo de Javier, por lo que fue la justicia quien resolvió el litigio, a favor precisamente de la compañera del poeta. Desde mi punto de vista (o sea, es una opinión personal), creo que fue acertada esta resolución, pues en definitiva se trataba de garantizar el cumplimiento de la voluntad de Javier Egea.

En estos días, familiares y amigos de Javier han mostrado cierta indignación ante el "hallazgo", en un rastrillo, de unos 120 documentos pertenecientes al legado material de Egea, un hecho lamentable en cualquier caso que, visto con perspectiva, no deja de formar parte de esos anecdotarios de bibliofilia que se van construyendo sobre la obra de los grandes genios. Dicho sea de paso, si existiera la vida después de la muerte y Javier Egea fuese espectador de lo acontecido, en estos momentos estaría desternillándose por las carcajadas. Desde los responsables del legado, se especula con la posibilidad de que el extravío de tales materiales pudo ocurrir durante un traslado de la biblioteca del poeta, efectuado a mediados del pasado mes de agosto y encargado a una empresa de mudanzas.

La cuestión es que, a raíz de este suceso, se han vertido distintas opiniones contra los herederos de Javier, opiniones que considero infundadas. Por ejemplo, se cuestiona la gestión de los derechos de la obra de Javier Egea argumentando que, a día de hoy, ni se han reeditado dos de sus obras más importantes ("Raro de luna" y "Troppo mare", lo que es inexacto), ni tampoco se ha realizado la publicación de las ansiadas obras completas de Javier. En este sentido y con la intención de dar fe de lo acontecido para arrojar luces sobre la impaciencia, detallaré la secuencia de los hechos que atañen a la edición de las obras de Javier Egea.

En junio de 2003 tuve la fortuna de acompañar a José Luis Alcántara, responsable por poderes de la obra del poeta granadino, con el propósito de "presentar" la poesía de Javier a una de las editoriales más dignas e importantes de este país: Lumen, sita en Barcelona y heredera de la colección "El Bardo" regida por José Batlló. El editor, tras recibir los originales y encajar con estoicismo nuestro extenso alegato de bondades de la poética de Egea, se concede unos meses para estudiar el original antes de pronunciarse. A finales de octubre de ese mismo año, José Luis Alcántara vuelve a la editorial y Andreu Jaume, editor de Lumen, reconoce que la poesía de Javier le ha impactado, confesando que no la conocía a pesar de que sí tenía referencias del autor por las múltiples anécdotas que, de él, le habían narrado amigos comunes, entre ellos Jordi Jové y Jaime Gil de Biedma. Se acuerda la redacción del contrato de edición para finales de ese año y la firma definitiva se produce, tras las revisiones pertinentes, unos meses más tarde, en la primavera de 2004. En el susodicho contrato se contempla un plazo, aún vigente, de año y medio para la ejecución editorial, periodo de espera razonable y en la línea de cualquier contrato de edición de tirada importante para un libro de poesía. Es evidente, por tanto, que no habido ni apatía ni indolencia en la gestión de la obra de Javier y que en ningún caso ha sido condenada al ostracismo. Es más, me consta que en su momento se autorizó con firma la reedición de "Troppo mare" en Dauro, la edición de "Un día féliz" por la Asociación Diente de Oro, la utilización de los poemas necesarios para el volumen preparado por Francisco Díaz de Castro para la Fundación Lara o el uso musical de los mismos realizado por el pianista Andoni Elías, junto a la autorización verbal de la lamentable segunda edición de "Argentina 78" (que el propio Alcántara obligó a retirar del mercado por los numerosos errores que en ella aparecían). Desde los responsables del legado aseguran también conocer ediciones no autorizadas por escrito de obras de Egea, pero que, en el fondo, son felizmente recibidas dada la esquisitez mostrada en el trabajo editorial (caso del "Manifiesto Albertista" de Cuadernos del Vigía o la última reedición de "Paseo de los Tristes" elaborada por la Diputación, edición a la que, por cierto, falta un verso en uno de los poemas).

Por último, ante la gran incógnita planteada por alguno sobre el paradero de los libros de Javier, puedo asegurar que la biblioteca del poeta se encuentra a buen recaudo; aunque si, de mí dependiera, yo la dejaría envejecer en un lugar en el que Javier Egea, durante un tiempo fue feliz: Cuba.

José Rienda Ideal de Granada Opinión Tribuna Abierta 20 de setiembre de 2005

legado (Del lat. legátum) m. Disposición que en su testamento o codicilo hace un testador a favor de una o de varias personas naturales o jurídicas.// 2. Por ext., lo que se deja o transmite a los sucesores, sea cosa material o inmaterial. (Del diccionario de la RAE)

1 comentario:

Roberto dijo...

Trabajé varios años con Javier en varios espectáculos de poesía y música y me alegra saber que su obra tendrá difusión a traves de editoriales de gran distribución en este país.
Atte;
Roberto Ruggiero