Dashiell Hammett Un hombre llamado Spade Colección "El Buho"
[...] -Dile a Sid Wise que no me será posible acudir a la cita de esta tarde- dijo Spade.
Ella se metió en la boca el último trozo de pastel, y unió las yemas de sus dedos índice y pulgar.
-Esta es la tercera vez que pasa esta semana.
Cuando él sonrió, la "V" formada por su barbilla, boca y cejas se hizo más larga.
-Ya lo sé, pero tengo que salir para salvar una vida.- Señaló el teléfono-. Alguien está asustando a Max Bliss.
Ella sonrió.
-Probablemente alguien llamado "Conciencia". [...]
Ella se metió en la boca el último trozo de pastel, y unió las yemas de sus dedos índice y pulgar.
-Esta es la tercera vez que pasa esta semana.
Cuando él sonrió, la "V" formada por su barbilla, boca y cejas se hizo más larga.
-Ya lo sé, pero tengo que salir para salvar una vida.- Señaló el teléfono-. Alguien está asustando a Max Bliss.
Ella sonrió.
-Probablemente alguien llamado "Conciencia". [...]
Dashiell Hammett Un hombre llamado Spade
Aquel tipo nunca llegó a agradarme del todo. Había en él una excesiva artificiosidad, como si no estuviese muy de acuerdo consigo mismo y quisiera fabricarse un personaje a medida de sus deseos. Nos habíamos visto en alguna ocasión, gracias a la estrecha amistad que le unía con Carlos, sin que yo lograra en ningún momento sentirme cómodo con su conversación y sus maneras. Las malas lenguas, que siempre abundan en una ciudad de provincias por grande que esta sea, contaban mil leyendas sobre su persona, a cual más disparatada. No obstante, al margen de esa clase de exageraciones y rumores que nunca me gustó frecuentar, sí podría calificarlo como un personaje pintoresco. Su verdadera vocación era la poesía, actividad por la que había obtenido varios premios importantes y un reconocimiento notable, aunque marginal, a causa de su falta de apego a los ambientes literarios. No escribía más que poemas, por lo tanto su presencia en los círculos literarios influyentes era casi nula y, por ende, sus medios de subsistencia no podían circunscribirse a la actividad literaria. A lo largo de su vida había ejercido distintas profesiones, desde agente de seguros a jardinero municipal, además de otros tan pintorescos como rapsoda acompañante de bailaoras flamencas o cantantes de tango. Finalmente decidió hacerse investigador privado y, tras obtener un título por correspondencia, se dedicó con pasión a todo tipo de averiguaciones, alcanzando algunos éxitos sonados, sobre todo en trabajos relacionados con estafas y corruptelas menores. Pero la mayor parte de los encargos que conseguía giraban en torno a infidelidades y demandas de divorcio, tal y como suele ocurrir en la realidad prosaica de esta profesión. Sin embargo, a él no le desagradaban esos asuntos y afirmaba haber aprendido mucho de ellos sobre la condición humana y, lo que era más importante en su caso, sobre la condición femenina. [...]
Álvaro Salvador Un hombre suave Akal Literaria Madrid 2000
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